Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Comentario - Eucaristía del
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Escogiendo a Israel como Su Pueblo, Dios no pretendía excluir de la salvación a los otros pueblos. También ellos creyendo en el Señor y amándolo, encontrarán la alegría de la intimidad con Él.

Una pagana recurre a la misericordia de Jesús, para que su hija sea sanada, la primera actitud de Jesús es desilusionante, pero la mujer no se desarma, ni pierde la esperanza. Jesús afirma haber venido en medio de los hombres para dar a Israel los dones que Dios había prometido. El tiempo del mundo pagano vendrá después que el antiguo pueblo elegido ha constatado la fidelidad de Dios. La mujer declara que se contenta y conforma con las migajas de los bienes divinos, que se dan a Israel. Jesús alaba la fe de la mujer extranjera cumpliendo plenamente sus deseos.

Si pareciera que el Señor siembra en nuestros corazones la tristeza, es para que nazca una alegría nueva y segura. Es por esto que se hace necesario creer con constancia, orar con insistencia y confianza obstinada, porque jamás Dios desatiende a la voz de la fe de todos aquéllos que se abandonan en Él.

Dirigiéndose a los paganos, Pablo dice que ellos estaban lejos de Dios, pero que en Cristo son llamados a la Salvación. El apóstol expresa la certeza que también el Pueblo de Israel desobediente a Dios, porque ha rechazado a Jesús el Mesías, encontrara Misericordia.

Un mismo amor llama y salva a todos los que están lejanos de Dios.


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