Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Sábado 21 de Julio de 2018
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Sábado de la decimoquinta semana del tiempo ordinario
San Lorenzo de Brindis, presbítero y doctor de la Iglesia
Memoria libre
Color: blanco

Lorenzo (1559-1619), capuchino de Verona, fue un hombre de gran cultura, eminentemente dotado para la acción y, por encima de todo, un verdadero hijo de san Francisco, sencillo y acogedor. Trabajó ardientemente por la Reforma católica en Europa central y fue el alma de la Cruzada contra los Turcos en Hungría. Murió en Lisboa en el año 1619.

Antífona de entrada            Cf. Sal 23, 5-6

Estos santos recibieron la bendición del Señor, y la misericordia de Dios su salvador, porque buscaron al Señor. 

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que para gloria de tu nombre y salvación de las almas otorgaste al presbítero san Lorenzo de Brindis, el espíritu de sabiduría y de fortaleza; concédenos, en ese mismo espíritu, conocer lo que debemos hacer y, por su intercesión, llevarlo a la práctica. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Codician campos y se apoderan de las casas.

Lectura de la profecía de Miqueas    2, 1-5

¡Ay de los que proyectan iniquidades y traman el mal durante la noche! Al despuntar el día, lo realizan, porque tienen el poder en su mano. Codician campos y los arrebatan, casas, y se apoderan de ellas; oprimen al dueño y a su casa, al propietario y a su herencia.

Por eso, así habla el Señor:

Yo proyecto contra esta gente una desgracia tal que ustedes no podrán apartar el cuello, ni andar con la cabeza erguida, porque será un tiempo de desgracia. Aquel día, se proferirá contra ustedes una sátira y se entonará esta lamentación: “Hemos sido completamente devastados; ¡lo que le corresponde a mi pueblo se lo entregan a otros!

¿Cómo me lo quitan a mí, y distribuyen nuestros campos entre los que nos llevan cautivos?”

Por eso, no tendrás a nadie que arroje la cuerda para medirte un lote, en la asamblea del Señor.

SALMO RESPONSORIAL    9, 1-4b. 7-8b. 14

R/. ¡No te olvides de tus pobres, Señor!

¿Por qué te quedas lejos, Señor, y te ocultas en los momentos de peligro? El pobre se consume por la soberbia del malvado y queda envuelto en las intrigas tramadas contra él.

Porque el malvado se jacta de su ambición, el codicioso blasfema y menosprecia al Señor; el impío exclama en el colmo de su arrogancia: “No hay ningún Dios que me pida cuenta”.

Su boca está llena de maldiciones, de engaños y de violencias; detrás de sus palabras hay malicia y opresión; se pone al acecho en los poblados y mata al inocente en lugares ocultos.

Pero Tú lo estás viendo: Tú consideras los trabajos y el dolor, para tomarlos en tus propias manos. El débil se encomienda a ti; Tú eres el protector del huérfano.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    2Cor 5, 19

Aleluya.

Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, confiándonos la palabra de la reconciliación. Aleluya.

EVANGELIO

Les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el profeta.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo    12, 14-21

Los fariseos se confabularon para buscar la forma de acabar con Jesús.

Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Grandes multitudes lo siguieron, y los sanó a todos. Pero Él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías: “Éste es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre Él y anunciará la justicia a las naciones. No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre”.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, las ofrendas de nuestro servicio, que presentamos en tu altar en la conmemoración de san Lorenzo, y concédenos que, libres de las ataduras de este mundo, seas tú nuestra única riqueza. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión        Sal 33, 9

Gusten y vean qué bueno es el Señor. Feliz el hombre que espera en él. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, alimentados por este sacramento, te pedimos que, a ejemplo de san Lorenzo, aprendamos a buscarte siempre y merezcamos ser revestidos del hombre nuevo. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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