Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Martes 25 de Junio de 2019
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Martes de la duodécima decimosegunda semana del tiempo ordinario
Por la Iglesia
Propuesta celebrativa
Color: verde

Antífona de entrada  Cf. Ef 1, 9. 10

Dios nos hizo conocer el misterio de su voluntad: reunir todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, bajo un solo jefe, que es Cristo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, con admirable providencia has dispuesto que el Reino de Cristo se extendiera por todo el mundo y que todos los hombres participaran de la redención; concede a tu Iglesia ser sacramento universal de salvación y manifestar el Salvador a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

No haya altercados entre nosotros dos, porque somos hermanos.

Lectura del libro del Génesis    13, 2. 5-18

Abrám tenía muchas riquezas en ganado, plata y oro. Lot, que acompañaba a Abrám, también tenía ovejas, vacas y carpas. Y como los dos tenían demasiadas riquezas, no había espacio suficiente para que pudieran habitar juntos. Por eso, se produjo un altercado entre los pastores de Abrám y los de Lot. En ese tiempo, los cananeos y los perizitas ocupaban el país.

Abrám dijo a Lot: “No quiero que haya altercados entre nosotros dos, ni tampoco entre tus pastores y los míos, porque somos hermanos. ¿No tienes todo el país por delante?  Sepárate de mí: si tú vas hacia la izquierda, yo iré hacia la derecha; y si tú vas hacia la derecha, yo iré hacia la izquierda”.

Lot dirigió una mirada a su alrededor, y vio que toda la región baja del Jordán, hasta llegar a Soar, estaba tan bien regada como el Jardín del Señor o como la tierra de Egipto. Esto era antes que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra. Entonces Lot eligió para sí toda la región baja del Jordán y se dirigió hacia el este. Así se separaron el uno del otro: Abrám permaneció en Canaán, mientras que Lot se estableció entre las ciudades de la región baja, poniendo su campamento cerca de Sodoma. Pero los habitantes de Sodoma eran perversos y pecaban gravemente contra el Señor.

El Señor dijo a Abrám, después que Lot se separó de él: “Levanta los ojos, y desde el lugar donde estás, mira hacia el norte y el sur, hacia el este y el oeste, porque toda la tierra que alcances a ver, te la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Yo haré que tu descendencia sea numerosa como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar los granos de polvo, también podrá contar tu descendencia. Ahora recorre el país a lo largo y a lo ancho, porque Yo te lo daré”.

Entonces Abrám trasladó su campamento y fue a establecerse junto al encinar de Mamré, que está en Hebrón. Allí erigió un altar al Señor.

SALMO RESPONSORIAL    14, 2-4b. 5

R/. ¿Quién habitará en tu casa, Señor?

El que procede rectamente y practica la justicia; el que dice la verdad de corazón y no calumnia con su lengua.

El que no hace mal a su prójimo ni agravia a su vecino, el que no estima a quien Dios reprueba y honra a los que temen al Señor.

El que no se retracta de lo que juró aunque salga perjudicado; el que no presta su dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que procede así nunca vacilará.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO       Jn 8, 12

Aleluya.

“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue tendrá la luz de la Vida”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   7, 6. 12-14

Jesús dijo a sus discípulos:

No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos.

Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.

Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios misericordioso, mira las ofrendas de tu pueblo santo, y por la eficacia de este sacramento concede a cuantos creen en ti la gracia de ser una raza elegida, un reino sacerdotal, una nación santa, un pueblo de tu propiedad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión Ap 22, 17. 20

El Espíritu y la Esposa dicen: ven. Amén. Ven, Señor Jesús.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, que alimentas y fortaleces a la Iglesia con tus sacramentos, concede, a quienes nos has renovado en la mesa celestial, que guardando el mandamiento del amor, seamos entre los hombres, fermento de vida e instrumento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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