Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Viernes 20 de Septiembre de 2019
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Viernes de la vigesimocuarta semana del tiempo ordinario

Santos Andrés Kim Taegon, presbítero, Pablo Chong Hasang y compañeros, mártires

Memoria obligatoria

Color: rojo

Los santos mártires de Corea: A comienzos del siglo XVII, gracias a algunos laicos, la fe cristiana se introdujo en Corea. Una comunidad nació, valiente y fervorosa, sin pastores, dirigida solamente por laicos, hasta 1836 en que los primeros misioneros venidos de Francia pudieron entrar a escondidas en el país. Esta comunidad sufrió la persecución en 1839, 1846 y 1866. Entre los ciento tres santos mártires, hay que destacar, en primer lugar, a Andrés Kim Taegón, sacerdote y valiente misionero, y a Pablo Chong Hasang, apóstol laico, como también a tres obispos y a siete sacerdotes de las Misiones Extranjeras de París. Los demás son laicos, hombres y mujeres, algunos casados, ancianos, jóvenes y niños que consagraron con su sangre los inicios fecundos de la Iglesia coreana.

Antífona de entrada

La sangre de los mártires fue derramada por Cristo en la tierra; por eso ellos alcanzaron la recompensa eterna.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has querido multiplicar el número de tus hijos en el mundo entero, y has hecho que la sangre de los santos mártires Andrés y compañeros fuera fecunda semilla de vida cristiana; concédenos la fuerza de su ayuda y el estímulo de su ejemplo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Tú, hombre de Dios, practica la justicia.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a Timoteo   6, 3-12

Querido hijo:

Si alguien enseña otra cosa y no se atiene a los preceptos saludables de nuestro Señor Jesucristo, ni a la doctrina que es conforme a la piedad, es un ignorante y un orgulloso, ávido de discusiones y de vanas polémicas. De allí nacen la envidia, la discordia, los insultos, las sospechas malignas y los conflictos interminables, propios de hombres mentalmente corrompidos y apartados de la verdad, que pretenden hacer de la piedad una fuente de ganancias.

Sí, es verdad que la piedad reporta grandes ganancias, pero solamente si va unida al desinterés. Porque nada trajimos cuando vinimos al mundo, y al irnos, nada podremos llevar. Contentémonos con el alimento y el abrigo. Los que desean ser ricos se exponen a la tentación, caen en la trampa de innumerables ambiciones, y cometen desatinos funestos que los precipitan a la ruina y a la perdición. Porque la avaricia es la raíz de todos los males, y al dejarse llevar por ella, algunos perdieron la fe y se ocasionaron innumerables sufrimientos.

En lo que a ti concierne, hombre de Dios, huye de todo esto. Practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia, la bondad. Pelea el buen combate de la fe, conquista la Vida eterna, a la que has sido llamado y en vista de la cual hiciste una magnífica profesión de fe, en presencia de numerosos testigos.

SALMO RESPONSORIAL   48, 6-10. 17-20

R/. ¡Felices los que tienen alma de pobres!

¿Por qué voy a temer en los momentos de peligro, cuando me rodea la maldad de mis opresores, de ésos que confían en sus riquezas y se jactan de su gran fortuna?

No, nadie puede rescatarse a sí mismo ni pagar a Dios el precio de su liberación, para poder seguir viviendo eternamente sin llegar a ver el sepulcro: el precio de su rescate es demasiado caro, y todos desaparecerán para siempre.

No te preocupes cuando un hombre se enriquece o aumenta el esplendor de su casa: cuando muera, no podrá llevarse nada, su esplendor no bajará con él.

Aunque en vida se felicitaba, diciendo: “Te alabarán porque lo pasas bien”, igual irá a reunirse con sus antepasados, con esos que nunca verán la luz.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO     Cf. Mt 11, 25

Aleluya.

Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluya.

EVANGELIO

Los apóstoles y algunas mujeres acompañaban a Jesús.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas    8, 1-3

Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres que habían sido sanadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios todopoderoso, mira con bondad las ofrendas de tu pueblo y concédenos, por la intercesión de los santos mártires, llegar a ser un sacrificio agradable a ti para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión Mt  10, 32

Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el pan de los fuertes, te suplicamos, Padre, en la celebración de los santos mártires, que unidos firmemente a Cristo trabajemos en la Iglesia por la salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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