Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Martes 24 de Septiembre de 2019
- A
+ A

Martes de la vigesimoquinta semana del tiempo ordinario

Nuestra Señora de la Merced

Memoria libre

Color: blanco

Antífona de entrada Cf. Jdt 13, 18. 19

El Señor, el Dios altísimo, te ha bendecido a ti, Virgen María, más que a todas las mujeres de la tierra. Él ha engrandecido tanto tu nombre, que los hombres no dejarán de alabarte.

ORACIÓN COLECTA

Padre misericordioso, que otorgaste la redención a los hombres por medio de tu Hijo, concede, a cuantos invocamos a su Madre con el título de la Merced, mantenernos en la verdadera libertad de hijos, que Jesucristo nos mereció con su sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los hombres. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Terminaron la Casa del Señor y celebraron la Pascua.

Lectura del libro de Esdras   6, 7-8. 12b. 14-20

Darío, rey de los persas, escribió a los gobernadores de la región que está al otro lado del río Éufrates:

“Dejen trabajar en esa Casa de Dios al comisionado de Judea y a los ancianos de los judíos. Que se reconstruya esa Casa de Dios en el mismo sitio. Éstas son mis órdenes acerca de la conducta que ustedes deben observar frente a los ancianos de los judíos, para la reconstrucción de esa Casa de Dios: los gastos que ellos hagan serán pagados totalmente y sin interrupción de los fondos reales, utilizando los impuestos percibidos en la región del otro lado del Éufrates. Yo, Darío, he promulgado este decreto. Que sea cumplido estrictamente”.

Los ancianos de los judíos llevaron adelante la obra, bajo el impulso del profeta Ageo y de Zacarías, hijo de Idó. Así terminaron la construcción, conforme a la orden del Dios de Israel y a los decretos de Ciro y Darío. La Casa fue concluida el día veintitrés del mes de Adar, en el sexto año del reinado de Darío. Todos los israelitas -los sacerdotes, los levitas, y el resto de los repatriados- celebraron alegremente la Dedicación de esta Casa de Dios. Para su Dedicación, ofrecieron cien novillos, doscientos carneros y cuatrocientos corderos. Además, ofrecieron doce chivos, según el número de tribus de Israel, como sacrificio por el pecado de todo el pueblo.

Después establecieron a los sacerdotes según sus categorías y a los levitas según sus clases, para el servicio de Dios en Jerusalén, como está escrito en el libro de Moisés.

Los repatriados celebraron la Pascua el día catorce del primer mes. Como todos los levitas se habían purificado, estaban puros e inmolaron la víctima pascual para todos los que habían vuelto del destierro, para sus hermanos los sacerdotes y para ellos mismos.

SALMO RESPONSORIAL   121, 1-5

R/. ¡Vamos con alegría a la Casa del Señor!

¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la Casa del Señor”! Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén, que fuiste construida como ciudad bien compacta y armoniosa. Allí suben las tribus, las tribus del Señor.

Según es norma en Israel para celebrar el Nombre del Señor. Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Lc 11, 28

Aleluya.

Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la practican. Aleluya.

EVANGELIO

Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   8, 19-21

La madre y los hermanos de Jesús fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a Jesús: “Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte”. Pero Él les respondió: “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo, que celebra la obra de la inmensa caridad de tu Hijo, y confírmanos en el amor a ti y al prójimo con el ejemplo de la gloriosa Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión Cf. Lc 1, 48

Me llamarán feliz todas las generaciones, porque Dios miró con bondad la pequeñez de su servidora.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, por intercesión de la Virgen María de la Merced que, habiendo recibido el sacramento de la redención y de la vida, nos concedas cooperar más intensamente al misterio de la salvación de los hombres y alcanzar la gloria de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.


  • Catedral 1063, local 503, Santiago

    Teléfonos: +56 2 3278 0733 - +56 2 3278 0734

    Desarrollado por Iglesia.cl