Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Domingo 13 de Octubre de 2019
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Domingo vigesimoctavo del tiempo ordinario
Salterio IV
Color: verde

Antífona de entrada Sal 129, 3-4

Si tienes en cuenta las culpas, Señor, ¿quién podrá subsistir? Dios de Israel, en ti se encuentra el perdón.

Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, que tu gracia siempre nos preceda y acompañe, y nos ayude en la práctica constante de las buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Volvió Naamán a donde estaba el hombre de Dios y alabó al Señor.

Lectura del segundo libro de los Reyes  5, 10. 14-17

El profeta Eliseo mandó un mensajero para que dijera a Naamán, el leproso: Ve a bañarte siete veces en el Jordán; tu carne se restablecerá y quedarás limpio.

Naamán bajó y se sumergió siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del hombre de Dios; así su carne se volvió como la de un muchacho joven y quedó limpio.

Luego volvió con toda su comitiva adonde estaba el hombre de Dios. Al llegar, se presentó delante de él y le dijo: Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra, a no ser en Israel. Acepta, te lo ruego, un presente de tu servidor. Pero Eliseo replicó: Por la vida del Señor, a quien sirvo, no aceptaré nada. Naamán le insistió para que aceptara, pero él se negó. Naamán dijo entonces: De acuerdo; pero permite al menos que le den a tu servidor un poco de esta tierra, la carga de dos mulas, porque tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses, fuera del Señor.

SALMO RESPONSORIAL   97, 1-4

R/. El Señor manifestó su victoria.

Canten al Señor un canto nuevo, porque Él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria.

El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones: se acordó de su amor y su fidelidad en favor del pueblo de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios. Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos.

SEGUNDA LECTURA

Si somos constantes, reinaremos con Cristo.

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a Timoteo   2, 8-13

Querido hijo:

Acuérdate de Jesucristo, que resucitó de entre los muertos y es descendiente de David. Esta es la Buena Noticia que yo predico, por la cual sufro y estoy encadenado como un malhechor. Pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso soporto estas pruebas por amor a los elegidos, a fin de que ellos también alcancen la salvación que está en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna.

Esta doctrina es digna de fe:

Si hemos muerto con Él, viviremos con Él.

Si somos constantes, reinaremos con Él.

Si renegamos de Él, Él también renegará de nosotros.

Si somos infieles, Él es fiel, porque no puede renegar de sí mismo.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO 1Tes 5, 18

Aleluya.

Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús. Aleluya.

EVANGELIO

Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 17, 11-19

Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea. Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia y empezaron a gritarle: ¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!

Al verlos, Jesús les dijo: Vayan a presentarse a los sacerdotes. Y en el camino quedaron purificados.

Uno de ellos, al comprobar que estaba sanado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano.

Jesús le dijo entonces: ¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero? Y agregó: Levántate y vete, tu fe te ha salvado.

Credo

Oración de los fieles

Llenos de confianza en el Señor, oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades:

Para que Dios conceda el espíritu de paciencia y de caridad a los cristianos perseguidos por su nombre y los ayude a ser testigos fieles y verídicos de su Evangelio, roguemos al Señor.

Para que Dios conceda prudencia a los gobernantes y honradez a todos los ciudadanos, a fin de que se mantengan la armonía y la justicia en la sociedad, roguemos al Señor.

Para que el Señor, el único que puede hacer prosperar el trabajo del hombre, bendiga los esfuerzos de los trabajadores y haga que la tierra dé frutos abundantes para todos, roguemos al Señor.

Para que Dios no permita que en la hora de nuestra muerte, desesperados y sin acordarnos de él, nos sintamos como arrancados de este mundo, sino que, confiados y con una gran paz, lleguemos a la vida feliz y eterna, roguemos al Señor.

Dios nuestro, fuente y origen de la vida temporal y eterna, escucha las oraciones de tu Iglesia y haz que no busquemos únicamente la salud del cuerpo; que los que nos hemos reunido este domingo volvamos para alabarte por el don de la fe, y que toda la Iglesia sea testigo de la salvación que tú obras continuamente en Cristo, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las oraciones de tus fieles junto con estas ofrendas; haz que este sacrificio, celebrado con amor, nos lleve a la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión Cf. Sal 33, 11

Los ricos se empobrecen y sufren hambre, pero los que buscan al Señor no carecen de nada.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, humildemente te pedimos que así como nos alimentas con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos hagas partícipes de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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