Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Miércoles 22 de Enero de 2020
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Miércoles de la segunda semana del tiempo ordinario
Beata Laura Vicuña, virgen
Memoria libre
Color: blanco

Laura Vicuña nació en Santiago de Chile el 5 de abril de 1891. Debido a dificultades económicas y por la muerte de su padre, emigró con su madre a Junín de Los Andes (Argentina). Como su madre convivía con un campesino del lugar, ella ofreció su vida por su conversión.

Especialmente devota de la Virgen María, tomó la decisión de ser religiosa, pero no pudo concretarla pues murió el 22 de enero de 1904. Fue beatificada el 3 de septiembre de 1988.

Antífona de entrada
Esta virgen sabia y prudente salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida.

ORACIÓN COLECTA

Padre de inmensa ternura, que en la adolescente Laura Vicuña uniste de modo admirable la fortaleza de espíritu y el candor de la inocencia, concédenos, por su intercesión, valentía para superar las dificultades de la vida y dar testimonio ante el mundo de las bienaventuranzas de los limpios de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

David venció al filisteo con la honda y una piedra.

Lectura del primer libro de Samuel 17, 1a. 2a. 4a. 8. 32-33. 37. 40-51

Los filisteos reunieron sus fuerzas para el combate. También Saúl y los hombres de Israel se reunieron y se dispusieron en orden de batalla frente a los filisteos.

Entonces salió del campo filisteo un luchador llamado Goliat. Se detuvo y gritó a las filas de Israel: “¿Para qué salen a presentar batalla? ¿No soy yo el Filisteo y ustedes los esclavos de Saúl? Elijan a un hombre y que baje a enfrentarme”.

David dijo a Saúl: “No hay que desanimarse a causa de ése; tu servidor irá a luchar contra el filisteo”.

Pero Saúl respondió a David: “Tú no puedes batirte con ese filisteo, porque no eres más que un muchacho, y él es un hombre de guerra desde su juventud”.

Y David añadió: “El Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso, también me librará de la mano de ese filisteo”.

Entonces Saúl dijo a David: “Ve, y que el Señor esté contigo”.

Luego David tomó en la mano su bastón, eligió en el torrente cinco piedras bien lisas, las puso en su bolsa de pastor, en la mochila, y con la honda en la mano avanzó hacia el filisteo.

El filisteo se fue acercando poco a poco a David, precedido de su escudero.  Y al fijar sus ojos en David, el filisteo lo desprecio, porque vio que era apenas un muchacho, de tez clara y de buena presencia. Entonces dijo a David: “¿Soy yo un perro para que vengas a mí armado de palos?” Y maldijo a David invocando a sus dioses.

Luego le dijo: “Ven aquí, y daré tu carne a los pájaros del cielo y a los animales del campo”.

David replicó al filisteo: “Tú avanzas contra mí armado de espada, lanza y jabalina, pero yo voy hacia ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de las huestes de Israel, a quien tú has desafiado. Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; yo te derrotaré, te cortaré la cabeza, y daré tu cadáver y los cadáveres del ejército filisteo a los pájaros del cielo y a los animales del campo. Así toda la tierra sabrá que hay un Dios para Israel. Y toda esta asamblea reconocerá que el Señor da la victoria sin espada ni lanza.  Porque ésta es una guerra del Señor, y Él los entregará en nuestras manos”.

Cuando el filisteo se puso en movimiento y se acercó cada vez más para enfrentar a David, éste enfiló velozmente en dirección al filisteo. En seguida metió la mano en su bolsa, sacó de ella una piedra y la arrojó con la honda, hiriendo al filisteo en la frente. La piedra se le clavó en la frente, y él cayó de bruces contra el suelo. Así venció David al filisteo con la honda y una piedra; le asestó un golpe mortal, sin tener una espada en su mano.

David fue corriendo y se paró junto al filisteo; le agarró la espada, se la sacó de la vaina y lo mató, cortándole la cabeza.

Al ver que su héroe estaba muerto, los filisteos huyeron.

SALMO RESPONSORIAL 143, 1-2. 9-10

R/. ¡Bendito sea el Señor, mi Roca!

Bendito sea el Señor, mi Roca, el que adiestra mis brazos para el combate y mis manos para la lucha.

Él es mi bienhechor y mi fortaleza, mi baluarte y mi libertador; Él es el escudo con que me resguardo, y el que somete los pueblos a mis pies.

Dios mío, yo quiero cantarte un canto nuevo y tocar para ti con el arpa de diez cuerdas, porque Tú das la victoria a los reyes y libras a David, tu servidor.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Cf. Mt 4, 23

Aleluya.

Jesús proclamaba la Buena Noticia del Reino y sanaba todas las dolencias de la gente. Aleluya.

EVANGELIO

¿Está permitido en sábado salvar una vida o perderla?

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 3,1-6

Jesús entró en una sinagoga, y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo sanaba en sábado, con el fin de acusarlo.

Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: “Ven y colócate aquí delante”.

Y les dijo: “¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?”

Pero ellos callaron.

Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: “Extiende tu mano”. Él la extendió y su mano quedó sana.

Los fariseos salieron y se confabularon con los herodianos para buscar la forma de acabar con Él.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, te proclamamos admirable en la conmemoración de la beata Laura, virgen, y te pedimos humildemente que, así como sus méritos fueron de tu agrado, aceptes esta liturgia que celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión         Cf. Mt 25, 6

Ya viene el esposo, salgan al encuentro de Cristo, el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, fortalecidos con esta eucaristía te pedimos que, a ejemplo de la beata Laura, asumiendo en nuestro cuerpo los sufrimientos de Cristo, nos esforcemos por vivir unidos solamente a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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