Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Domingo 15 de Noviembre de 2020
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Domingo trigesimotercera del tiempo ordinario
Salterio I
Color: verde

Antífona de entrada             Cf. Jer 29, 11. 12. 14

Dice el Señor: Yo tengo designios de paz y no de aflicción. Invóquenme y los escucharé y pondré fin a su cautiverio.

Gloria

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, concédenos vivir siempre con alegría bajo tu mirada, ya que la felicidad plena y duradera consiste en servirte a ti, fuente y origen de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Trabaja de buena gana con sus manos.

Lectura del libro de los Proverbios 31, 10-13. 19-20. 30-31

Una buena ama de casa, ¿quién la encontrará? Es mucho más valiosa que las perlas.

El corazón de su marido confía en ella y no le faltará compensación.

Ella le hace el bien, y nunca el mal, todos los días de su vida.

Se procura la lana y el lino, y trabaja de buena gana con sus manos.

Aplica sus manos a la rueca y sus dedos manejan el huso.

Abre su mano al desvalido y tiende sus brazos al indigente.

Engañoso es el encanto y vana la hermosura: la mujer que teme al Señor merece ser alabada.

Entréguenle el fruto de sus manos y que sus obras la alaben públicamente.

SALMO RESPONSORIAL 127, 1-5

R/. ¡Feliz quien ama al Señor!

¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien.

Tu esposa será como una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa.

¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor! ¡Que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu vida: que contemples la paz de Jerusalén!

SEGUNDA LECTURA

Que el día del Señor no los sorprenda como un ladrón.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica 5, 1-6

Hermanos:

En cuanto al tiempo y al momento, no es necesario que les escriba. Ustedes saben perfectamente que el Día del Señor vendrá como un ladrón en plena noche. Cuando la gente afirme que hay paz y seguridad, la destrucción caerá sobre ellos repentinamente, como los dolores del parto sobre una mujer embarazada, y nadie podrá escapar.

Pero ustedes, hermanos, no viven en las tinieblas para que ese Día los sorprenda como un ladrón: todos ustedes son hijos de la luz, hijos del día. Nosotros no pertenecemos a la noche ni a las tinieblas. No nos durmamos, entonces, como hacen los otros: permanezcamos despiertos y seamos sobrios.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Jn 15, 4a. 5b

Aleluya.

Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. El que permanece en mí da mucho fruto, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

Respondiste fielmente en lo poco, entra a participar del gozo de tu Señor.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 25, 14-30

Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:

El Reino de los Cielos es como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió.

En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.

Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado. Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor.

Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado. Está bien, servidor bueno y fiel; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor.

Llegó luego el que había recibido un solo talento. Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!. Pero el señor le respondió: Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes.

Credo

Oración de los fieles

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja con bondad nuestras peticiones:

Para que el Señor, el único que puede inspirar y llevar a término los buenos propósitos, multiplique el número de fieles que, abandonando todas las cosas, se consagren exclusivamente a él en la vida religiosa, roguemos al Señor.

Para que Dios, al que han de servir los poderes humanos, conceda a los jefes de las naciones buscar la voluntad divina, temer a Dios en el cumplimiento de su misión y acertar en sus decisiones, roguemos al Señor.

Para que Dios, que ha creado los alimentos para los seres vivos, mire con misericordia a las criaturas que en distintos lugares pasan hambre y les conceda el alimento necesario, roguemos al Señor.

Para que el Señor, que nos ha dado el mandamiento nuevo del amor, nos dé fuerza para amar a nuestros enemigos y para cumplir su precepto de devolver bien por mal, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que has confiado al hombre los bienes de la creación y de la gracia, escucha nuestras oraciones y haz que nuestro trabajo multiplique los dones que tu providencia ha puesto a nuestra disposición; que siempre estemos atentos y en vela, mientras esperamos el regreso de tu Hijo, de manera que podamos alegrarnos de que en el último día nos llame empleados fieles y cumplidores, buenos y de toda confianza, y entremos así en el gozo de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, que esta ofrenda sea agradable a tus ojos, nos otorgue la gracia de servirte con amor, y nos obtenga los gozos eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión Sal 72, 28

Mi dicha es estar cerca de Dios, y poner mi refugio en el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de haber recibido los dones pascuales te pedimos humildemente, Señor, que la Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar en su memoria aumente la caridad en todos nosotros. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.


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