Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Martes 19 de Octubre de 2021
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Martes de la vigesimonovena semana del tiempo ordinario
Santos Juan de Brébeuf e Isaac Jogues, presbíteros, y compañeros, mártires
Memoria libre 
Color: rojo 

Entre los años 1642 y 1649, ocho jesuitas franceses fueron martirizados por Cristo en América del Norte. Juan sufrió el martirio en el país de los indios Iroqueses en el actual Estado de Nueva York; e Isaac, en el país de los hurones en territorio canadiense.

Antífona de entrada Cf. Gal 6, 14; 1Cor 1, 18 

Sólo nos gloriaremos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. El mensaje de la cruz es fuerza de Dios para nosotros, que hemos sido salvados.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has querido manifestar la esperanza del reino eterno con la obra apostólica y el martirio de los santos Juan, Isaac y sus compañeros; concédenos, por su intercesión, que se fortalezca constantemente la fe de los cristianos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA

Si por la falta de uno solo reinó la muerte, con mucha más razón vivirán y reinarán aquellos que han recibido la gracia.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 5, 12. 15b. 17-21

Hermanos:

Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.

Porque si la falta de uno solo provocó la muerte de todos, la gracia de Dios y el don conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados mucho más abundantemente sobre todos.

En efecto, si por la falta de uno solo reinó la muerte, con mucha más razón, vivirán y reinarán por medio de un solo hombre, Jesucristo, aquéllos que han recibido abundantemente la gracia y el don de la justicia.

Por consiguiente, así como la falta de uno solo causó la condenación de todos, también el acto de justicia de uno solo producirá para todos los hombres la justificación que conduce a la Vida. Y de la misma manera que por la desobediencia de un solo hombre, todos se convirtieron en pecadores, también por la obediencia de uno solo, todos se convertirán en justos.

Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. Porque así como el pecado reinó produciendo la muerte, también la gracia reinará por medio de la justicia para la Vida eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.

SALMO RESPONSORIAL 39, 7-10. 17

R/. ¡Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad!

Tú no quisiste víctima ni oblación; pero me diste un oído atento; no pediste holocaustos ni sacrificios, entonces dije: “Aquí estoy”. 

“En el libro de la Ley está escrito lo que tengo que hacer: yo amo, Dios mío, tu voluntad, y tu Ley está en mi corazón”. 

Proclamé gozosamente tu justicia en la gran asamblea; no, no mantuve cerrados mis labios, Tú lo sabes, Señor. 

Que se alegren y se regocijen en ti todos los que te buscan y digan siempre los que desean tu victoria: “¡Qué grande es el Señor!”

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Lc 21, 36

Aleluya.

Estén prevenidos y oren incesantemente. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre. Aleluya.

EVANGELIO 

Felices los servidores a quienes el Señor encuentra velando a su llegada.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 12, 35-38

Jesús dijo a sus discípulos:

Estén preparados, ceñidas las vestiduras y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.

¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada!  Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos. ¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así! 


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Señor, al recordar el martirio de tus santos Juan, Isaac y sus compañeros, haz que por este sacrificio anunciemos dignamente la muerte de tu Hijo unigénito, que no sólo exhortó de palabra a sus testigos, sino que los precedió con el ejemplo. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión Mt 5, 10 

Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Saciados con el pan del cielo, te suplicamos, Padre, que, a ejemplo de los santos Juan, Isaac y sus compañeros, imprimas en nuestros corazones los signos del amor y de la pasión de tu Hijo, y nos permitas gozar siempre de tu paz. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. 


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