Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Liturgia del Sábado 07 de Junio de 2025
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Sábado vii de Pascua

Blanco

 

Misa matutina

 

Antífona de entrada Hech 1, 14

Los discípulos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la Madre de Jesús y de sus hermanos. Aleluya.

 

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, concédenos conservar en nuestra vida y en nuestras costumbres el espíritu de las fiestas pascuales que estamos concluyendo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

 

Misa Vespertina de la Vigilia

 

 

Esta Misa se celebra en la tarde del sábado, antes o después de las primeras Vísperas del domingo de Pentecostés. 

 

Antífona de entrada  Rom 5, 5

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. Aleluya.

 

GLORIA

 

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, tú has querido prolongar la celebración del misterio pascual durante cincuenta días; haz que los pueblos dispersos se congreguen y las diversas lenguas se unan en la proclamación de la gloria de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

 

O bien:

 

Dios todopoderoso, te pedimos que hagas brillar sobre nosotros el resplandor de tu gloria y confirmes con la luz de tu Espíritu Santo los corazones de quienes hemos renacido por tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

 

LITURGIA DE LA PALABRA

Se llamó Babel: porque allí, en efecto, el Señor confundió la lengua de los hombres.

Lectura del libro del Génesis 11, 1-9

 

Después del Diluvio, todo el mundo hablaba una misma lengua y empleaba las mismas palabras. Y cuando los hombres emigraron desde Oriente, encontraron una llanura en la región de Senaar y se establecieron allí. Entonces se dijeron unos a otros: “¡Vamos! Fabriquemos ladrillos y pongámoslos a cocer al fuego”. Y usaron ladrillos en lugar de piedra, y el asfalto les sirvió de mezcla.

Después dijeron: “Edifiquemos una ciudad, y también una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo, para perpetuar nuestro nombre y no dispersarnos por toda la tierra”.

Pero el Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo, y dijo: “Si ésta es la primera obra que realizan, nada de lo que se propongan hacer les resultará imposible, mientras formen un solo pueblo y todos hablen la misma lengua. Bajemos entonces, y una vez allí, confundamos su lengua, para que ya no se entiendan unos a otros”.

Así el Señor los dispersó de aquel lugar, diseminándolos por toda la tierra, y ellos dejaron de construir la ciudad. Por eso se llamó Babel: allí, en efecto, el Señor confundió la lengua de los hombres y los dispersó por toda la tierra.

Palabra de Dios

 

O bien:

 

El Señor descenderá sobre la montaña del Sinaí, a la vista de todo el pueblo.

Lectura del libro del Éxodo 19, 3-8a. 16-20b

 

Moisés subió a encontrarse con Dios. El Señor lo llamó desde la montaña y le dijo: “Habla en estos términos a la casa de Jacob y anuncia este mensaje a los israelitas: “Ustedes han visto cómo traté a Egipto, y cómo los conduje sobre alas de águila y los traje hasta mí. Ahora, si escuchan mi voz y observan mi alianza, serán mi propiedad exclusiva entre todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece. Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación que me está consagrada”. Estas son las palabras que transmitirás a los israelitas”.

Moisés fue a convocar a los ancianos de Israel y les expuso todas estas palabras, como el Señor se lo había ordenado. El pueblo respondió unánimemente: “Estamos decididos a poner en práctica todo lo que ha dicho el Señor”.

Al amanecer del tercer día, hubo truenos y relámpagos, una densa nube cubrió la montaña y se oyó un fuerte sonido de trompeta. Todo el pueblo que estaba en el campamento se estremeció de temor. Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y todos se detuvieron al pie de la montaña. La montaña del Sinaí estaba cubierta de humo, porque el Señor había bajado a ella en el fuego. El humo se elevaba como el de un horno, y toda la montaña temblaba violentamente. El sonido de la trompeta se hacía cada vez más fuerte. 

Moisés hablaba, y el Señor le respondía con el fragor del trueno. El Señor bajó a la montaña del Sinaí, a la cumbre de la montaña, y ordenó a Moisés que subiera a la cumbre.

Palabra de Dios

 

O bien:

 

Huesos secos, voy a hacer que un espíritu penetre en ustedes, y vivirán.

Lectura de la profecía de Ezequiel 

37, 1-14

 

La mano del Señor se posó sobre mí, y el Señor me sacó afuera por medio de su espíritu y me puso en el valle, que estaba lleno de huesos. Luego me hizo pasar a través de ellos en todas las direcciones, y vi que los huesos tendidos en el valle eran muy numerosos y estaban resecos. El Señor me dijo: “Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?”Yo respondí: “Tú lo sabes, Señor”.

Él me dijo: “Profetiza sobre estos huesos, diciéndoles: “Huesos secos, escuchen la palabra del Señor. Así habla el Señor a estos huesos: Yo voy a hacer que un espíritu penetre en ustedes, y vivirán. Pondré nervios en ustedes, haré crecer carne sobre ustedes, los recubriré de piel, les infundiré un espíritu, y vivirán. Así sabrán que Yo soy el Señor””.

Yo profeticé como se me había ordenado, y mientras profetizaba, se produjo un temblor, y los huesos se juntaron unos con otros. Al mirar, vi que los huesos se cubrían de nervios, que brotaba la carne y se recubrían de piel, pero no había espíritu en ellos.

Entonces el Señor me dijo: “Convoca proféticamente al espíritu, profetiza, hijo de hombre, tú dirás al espíritu: “Así habla el Señor: Ven, espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos para que revivan””.

Yo profeticé como Él me lo había ordenado, y el espíritu penetró en ellos. Así revivieron y se incorporaron sobre sus pies. Era un ejército inmenso. Luego el Señor me dijo: “Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel”. Ellos dicen: “Se han secado nuestros huesos y se ha desvanecido nuestra esperanza. ¡Estamos perdidos!” Por eso, profetiza diciéndoles: Así habla el Señor: “Yo voy a abrir las tumbas de ustedes, los haré salir de ellas, y los haré volver, Pueblo mío, a la tierra de Israel. Y cuando abra sus tumbas y los haga salir de ellas, ustedes, mi Pueblo, sabrán que yo soy el Señor. Yo pondré mi espíritu en ustedes, y vivirán; los estableceré de nuevo en su propio suelo, y así sabrán que Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré”.

Palabra de Dios

 

O bien:

 

Derramaré mi espíritu sobre todos los hombres.

Lectura de la profecía de Joel 3, 1-5

 

Así habla el Señor: “Yo derramaré mi espíritu sobre todos los hombres: sus hijos y sus hijas profetizarán, sus ancianos tendrán sueños proféticos y sus jóvenes verán visiones. También sobre los esclavos y las esclavas derramaré mi espíritu en aquellos días. Haré prodigios en el cielo y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que llegue el Día del Señor, día grande y terrible. Entonces, todo el que invoque el Nombre del Señor se salvará, porque sobre el monte Sión y en Jerusalén se encontrará refugio, como lo ha dicho el Señor, y entre los sobrevivientes estarán los que llame el Señor”.

Palabra de Dios

 

SALMO RESPONSORIAL 

103, 1-2a. 24. 27-28. 29bc-30

R/. Señor, envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra.

 

Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Estás vestido de esplendor y majestad y te envuelves con un manto de luz. R/.

 

Bendice al Señor alma mía: ¡Qué variadas son tus obras, Señor! ¡Todo lo hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas! R/.

 

Todos esperan de ti que les des la comida a su tiempo: se la das, y ellos la recogen; abres tu mano, y quedan saciados. R/.

 

Si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo. Si envías tu aliento, son creados, y renuevas la superficie de la tierra. R/.

 

SEGUNDA LECTURA

El Espíritu intercede con gemidos inefables.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 8, 22-27

 

Hermanos:

Sabemos que la creación entera, hasta el presente, gime y sufre dolores de parto. Y no sólo ella: también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente anhelando la filiación adoptiva, la redención de nuestro cuerpo. Porque solamente en esperanza estamos salvados. Ahora bien, cuando se ve lo que se espera, ya no se espera más: ¿acaso se puede esperar lo que se ve? En cambio, si esperamos lo que no vemos, lo esperamos con constancia.

Igualmente, el mismo Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; pero el Espíritu intercede con gemidos inefables. Y el que sondea los corazones conoce el deseo del Espíritu y sabe que su intercesión en favor de los santos está de acuerdo con la voluntad divina.

Palabra de Dios

 

ACLAMACIÓN AL Evangelio

Aleluya. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Aleluya.

 

Evangelio

Brotarán manantiales de agua viva.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 7, 37-39

 

El último día de la fiesta de las Chozas, que era el más solemne, Jesús, poniéndose de pie, exclamó: “El que tenga sed, venga a mí; y beba el que cree en mí”. Como dice la Escritura: “De sus entrañas brotarán manantiales de agua viva”.

Él se refería al Espíritu que debían recibir los que creyeran en Él. Porque el Espíritu no había sido dado todavía, ya que Jesús aún no había sido glorificado.

Palabra del Señor

 

CREDO

 

ORACIÓN UNIVERSAL

Ver misa del día

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre santo, derrama la bendición de tu Espíritu sobre estas ofrendas y, por ellas, concede a tu Iglesia aquel amor que manifieste al mundo entero la realidad del misterio de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PREFACIO

Prefacio de Pentecostés

 

Antífona de comunión Jn 7, 37

El último día de la fiesta, Jesús, poniéndose de pie, exclamó: el que tenga sed que venga a mí y beba. Aleluya.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios, que esta eucaristía nos alcance el mismo fervor del Espíritu que inflamó el corazón de los Apóstoles de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Vivió en Roma, predicando el Reino de Dios.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 28, 16-20. 30-31

 

Cuando llegamos a Roma, Pablo recibió autorización para alojarse en una casa particular con un soldado que lo custodiara. Tres días después convocó a los judíos principales, y cuando se reunieron les dijo: “Hermanos, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de nuestros padres, fui arrestado en Jerusalén y puesto en manos de los romanos. Después de interrogarme, quisieron dejarme en libertad, porque no encontraban en mí nada que mereciera la muerte; pero ante la oposición de los judíos, me vi obligado a apelar al Emperador, sin querer por esto acusar en nada a mi pueblo. Por eso he querido verlos y hablarles, ya que a causa de la esperanza de Israel llevo estas cadenas”. 

Pablo vivió dos años enteros por sus propios medios, recibiendo a todos los que querían verlo, proclamando el Reino de Dios, y enseñando con toda libertad y sin encontrar ningún obstáculo, lo concerniente al Señor Jesucristo.

Palabra de Dios

 

SALMO RESPONSORIAL 10, 4-5. 7

R/. ¡Los que son rectos verán tu rostro, Señor!

 

El Señor está en su santo Templo, el Señor tiene su trono en el cielo. Sus ojos observan el mundo, sus pupilas examinan a los hombres. R/.

 

El Señor examina al justo y al culpable, y odia al que ama la violencia. Porque el Señor es justo y ama la justicia, y los que son rectos verán su rostro. R/.

ACLAMACIÓN AL Evangelio 

Cf. Jn 16, 7. 13

Aleluya. “Les enviaré el Espíritu de la verdad; Él les hará conocer toda la verdad”, dice el Señor. Aleluya.

 

Evangelio

Este mismo discípulo ha escrito estas cosas, y su testimonio es verdadero.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 21, 19-25

 

Jesús resucitado había anunciado con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo al que Jesús amaba, el mismo que durante la Cena se había reclinado sobre Jesús y le había preguntado: “Señor, ¿quién es el que te va a entregar?”Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: “Señor, ¿y que será de éste?” Jesús le respondió: “Si Yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa? Tú sígueme”. 

Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: “Él no morirá”, sino: “Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?”  Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas y el que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero.

Jesús hizo también muchas otras cosas. Si se las relatara detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para contener los libros que se escribirían.

Palabra del Señor


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Padre, que la venida del Espíritu Santo, por quien recibimos el perdón de los pecados, prepare nuestros corazones para celebrar los divinos misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PREFACIO

Prefacio de la Ascensión

 

Antífona de comunión  Cf. Jn 16, 14

Dice el Señor: el Espíritu Santo me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Aleluya.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor misericordioso, que llevaste a tu pueblo de la antigua a la nueva alianza, ayúdanos a pasar de nuestra vida de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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