Miércoles de la decimoctava semana del tiempo ordinario
Santo Domingo, presbítero
Memoria obligatoria
Color: blanco
Domingo, canónigo español (1171-1221), nació en Careluera (España). Fundó en Tolosa (Francia) la Orden de Predicadores para luchar contra la herejía cátara (o de los Albigenses). Quiso que sus hijos fueran mendicantes y que su enseñanza se alimentara en la contemplación y el estudio, para poder ser útiles a la salvación de los hombres, mediante el ministerio de la Palabra.
Murió en Boloña en 1221 y fue canonizado el 3 de julio de 1234.
Antífona de entrada Cf. Eclo 15, 5
El Señor lo colmó del espíritu de sabiduría y de inteligencia, y lo revistió de su gloria, para que anunciara su palabra en medio de la Iglesia.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios nuestro, que Santo Domingo ayude a tu Iglesia con sus méritos y enseñanzas, y que este insigne predicador de la verdad interceda bondadosamente por nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Yo te amé con un amor eterno.
Lectura del libro de Jeremías 31, 1-7
En aquel tiempo -oráculo del Señor- Yo seré el Dios de todas las familias de Israel y ellos serán mi Pueblo.
Así habla el Señor:
Halló gracia en el desierto el pueblo que escapó de la espada; Israel camina hacia su descanso.
De lejos se le apareció el Señor:
Yo te amé con un amor eterno, por eso te atraje con fidelidad. De nuevo te edificaré y serás reedificada, virgen de Israel; de nuevo te adornarás con tus tamboriles y saldrás danzando alegremente; de nuevo plantarás viñas sobre los montes de Samaría: los que las planten tendrán los primeros frutos. Porque llega el día en que los vigías gritarán sobre la montaña de Efraím: “¡De pie, subamos a Sión, hacia el Señor, nuestro Dios!”
Porque así habla el Señor: ¡Griten jubilosos por Jacob, aclamen a la primera de las naciones! Háganse oír, alaben y digan: “¡El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel!”
SALMO RESPONSORIAL Jer 31, 10-12b. 13
R/. ¡El Señor nos cuidará como un pastor!
¡Escuchen, naciones, la palabra del Señor, anúncienla en las costas más lejanas! Digan: “El que dispersó a Israel lo reunirá, y lo cuidará como un pastor a su rebaño”.
Porque el Señor ha rescatado a Jacob, lo redimió de una mano más fuerte que él. Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión, afluirán hacia los bienes del Señor.
Entonces la joven danzará alegremente, los jóvenes y los viejos se regocijarán; Yo cambiaré su duelo en alegría, los alegraré y los consolaré de su aflicción.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Lc 7, 16b
Aleluya.
Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo. Aleluya.
EVANGELIO
Mujer, ¡qué grande es tu fe!
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 15, 21-28
Jesús partió de Genesaret y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: “¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio”. Pero Él no le respondió nada.
Sus discípulos se acercaron y le pidieron: “Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos”.
Jesús respondió: “Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel”.
Pero la mujer fue a postrarse ante Él y le dijo: “¡Señor, socórreme!”
Jesús le dijo: “No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros”.
Ella respondió: “¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!”
Entonces Jesús le dijo: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!” Y en ese momento su hija quedó sana.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Atiende con bondad, Señor, las súplicas que te dirigimos con la intercesión de santo Domingo, y por el poder de este sacrificio confirma con la protección de tu gracia a quienes defienden la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión: Cf. Lc 12, 42
Éste es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su casa para distribuir la ración de trigo en el momento oportuno.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, en la fiesta de santo Domingo, otorga a tu Iglesia la fuerza del sacramento celestial con el que hemos sido alimentados, y te pedimos que reciba la ayuda de quien la enriqueció con el ministerio de su predicación. Por Jesucristo, nuestro Señor.