Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Martes 30 de Julio de 2024
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Martes de la decimoséptima semana del tiempo ordinario

San Pedro Crisólogo, obispo y doctor de la Iglesia

Memoria libre 

Color: blanco

Pedro de Ravena (380-450), que llegó a ser Obispo de la ciudad imperial, fue sobre todo un pastor. Por sus escritos y su constante predicación fue llamado “Crisólogo” (Palabra de oro). En su prédica, hablaba muy sencillamente: “Hay que hablar al pueblo, decía, en la lengua del pueblo”.

Antífona de entrada             Cf. 1 Sam 2, 35 

Me suscitaré un sacerdote fiel, que obrará conforme a mi corazón, dice el Señor. 

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que hiciste del obispo san Pedro Crisólogo un insigne predicador de tu Verbo encarnado; concédenos, por su intercesión, la gracia de meditar siempre en nuestros corazones los misterios de tu salvación y manifestarlos fielmente en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA

Acuérdate, Señor, no rompas tu Alianza con nosotros.

Lectura del libro de Jeremías    14, 17-22

Que mis ojos se deshagan en lágrimas, día y noche, sin cesar, porque la virgen hija de mi pueblo ha sufrido un gran quebranto, una llaga incurable.

Si salgo al campo abierto, veo las víctimas de la espada; si entro en la ciudad, veo los sufrimientos del hambre. Sí, hasta el profeta y el sacerdote recorren el país y no logran comprender.

¿Has rechazado del todo a Judá? ¿Estás disgustado con Sión?

¿Por qué nos has herido sin remedio?

Se esperaba la paz, ¡y no hay nada bueno...! el tiempo de la curación, ¡y sobrevino el espanto! Reconocemos, Señor, nuestra maldad, la iniquidad de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti.

A causa de tu Nombre, no desprecies, no envilezcas el trono de tu Gloria: ¡acuérdate, no rompas tu Alianza con nosotros! Entre los ídolos de las naciones, ¿hay alguien que haga llover? ¿Es el cielo el que envía los chaparrones? ¿No eres Tú, Señor, nuestro Dios?

Nosotros esperamos en ti, porque eres Tú el que has hecho todo esto.

SALMO RESPONSORIAL    78, 8-9. 11. 13

R/. ¡Por el honor de tu Nombre, líbranos Señor!

No recuerdes para nuestro mal las culpas de otros tiempos; compadécete pronto de nosotros, porque estamos totalmente abatidos.

Ayúdanos, Dios salvador nuestro, por el honor de tu Nombre; líbranos y perdona nuestros pecados, a causa de tu Nombre. 

Llegue hasta tu presencia el lamento de los cautivos, preserva con tu brazo poderoso a los que están condenados a muerte.

Y nosotros, que somos tu pueblo y las ovejas de tu rebaño, te daremos gracias para siempre, y cantaremos tus alabanzas por todas las generaciones. 

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO

Aleluya.

La semilla es la Palabra de Dios, el sembrador es Cristo; el que lo encuentra permanece para siempre. Aleluya.

EVANGELIO

Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   13, 36-43

Dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: “Explícanos la parábola de la cizaña en el campo”.

Él les respondió: “El que siembra la buena semilla es el Hijo, del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles.

Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviara a sus ángeles, y éstos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre.

¡El que tenga oídos, que oiga!”


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Te pedimos, Señor, que recibas las ofrendas de tu pueblo en la fiesta de san Pedro Crisólogo, y que, por él, nos concedas la ayuda de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión         Jn 10, 10 

Dice el Señor: Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Saciados con el sagrado Cuerpo y la preciosa Sangre de tu Hijo, te suplicamos, Señor Dios nuestro, que al celebrar con fervor estos misterios se acreciente en nosotros tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. 


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