Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Sábado 25 de Agosto de 2018
- A
+ A

Sábado de la vigésima semana del tiempo ordinario
San Luis
Memoria libre
Color: blanco

El rey de Francia, Luis IX (1214-1270), encarna el modelo del laico que vive según el Evangelio. Esposo lleno de ternura, padre atento en educar a sus once hijos como verdaderos cristianos, jefe de estado preocupado por la justicia y la paz, vivía su fe humildemente, día tras día, en la oración, al servicio de los pobres y con alegría franciscana. Emprendió expediciones para rescatar el sepulcro de Cristo. Murió, a causa del cólera, en el norte de África, cerca de Cartago, en 1270.

Antífona de entrada            Cf. Sal 20, 2-3

Señor, el justo se regocija por tu fuerza, y cuánto se alegra por tu victoria. Tú has colmado los deseos de su corazón.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que hiciste pasar a san Luis de las solicitudes del gobierno temporal a la gloria del Reino de los cielos, concédenos, por su intercesión, que en todas las ocupaciones temporales, busquemos siempre tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

La gloria del Señor entró en la Casa.

Lectura de la profecía de Ezequiel    43, 1-7a

Él ángel me llevó hacia la puerta del Templo que miraba al oriente, y yo vi que la gloria del Dios de Israel venía desde el oriente, con un ruido semejante al de las aguas caudalosas, y la tierra se iluminó con su Gloria. Esta visión era como la que yo había visto cuando el Señor vino a destruir la ciudad, y como la que había visto junto al río Quebar. Entonces caí con el rostro en tierra.

La gloria del Señor entró en la Casa por la puerta que daba al oriente. El espíritu me levantó y me introdujo en el atrio interior, y yo vi que la gloria del Señor llenaba la Casa.  Y oí que alguien hablaba desde la Casa, mientras el hombre permanecía de pie junto a mí. La voz me dijo: “Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono, el lugar donde se asienta la planta de mis pies. Aquí habitaré para siempre en medio de los israelitas”.

SALMO RESPONSORIAL     84, 9ab. 10-14

R/. ¡La gloria del Señor habitará en nuestra tierra!

Voy a proclamar lo que dice el Señor: el Señor promete la paz para su pueblo y sus amigos.  Su salvación está muy cerca de sus fieles, y la Gloria habitará en nuestra tierra.

El Amor y la Verdad se encontrarán, la Justicia y la Paz se abrazarán, la Verdad brotará de la tierra y la Justicia mirará desde el cielo.

El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos. La Justicia irá delante de Él, y la Paz, sobre la huella de sus pasos.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Mt 23, 9b. 10b

Aleluya.

Ustedes no tienen sino un padre: el Padre celestial; sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. Aleluya.

EVANGELIO

No hacen lo que dicen.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   23,1-12

Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:

Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas, difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.

Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar ‘mi maestro’ por la gente.

En cuanto a ustedes, no se hagan llamar ‘maestro’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen ‘padre’, porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco ‘doctores’, porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.

El mayor entre ustedes será el que los sirve, porque el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que por esta ofrenda presentada en la conmemoración de san Luis, nos concedas los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión        Cf. Mt 16, 24

Dice el Señor: el que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Padre, que los sacramentos recibidos en la conmemoración de san Luis santifiquen nuestro corazón y nuestra mente, de manera que podamos participar de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.


  • Catedral 1063, local 503, Santiago

    Teléfonos: +56 2 3278 0733 - +56 2 3278 0734

    Desarrollado por Iglesia.cl