Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Viernes 05 de Octubre de 2018
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Viernes de la vigesimosexta semana del tiempo ordinario
Por la evangelización de los pueblos
Propuesta celebrativa
Color: verde

Antífona de entrada            Sal 66, 2-3

El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria entre las naciones.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad; mira la abundante cosecha y envía operarios que anuncien el Evangelio a toda creatura, para que tu pueblo, congregado por la Palabra de vida y sostenido por la gracia de los sacramentos, avance por el camino de la salvación y del amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

¿Has mandado a la mañana o has penetrado hasta las fuentes del mar?

Lectura del libro de Job    38, 1. 12-21; 40, 3-5

El Señor respondió a Job desde la tempestad, diciendo:

“¿Has mandado una vez en tu vida a la mañana, le has indicado su puesto a la aurora, para que tome a la tierra por los bordes y sean sacudidos de ella los malvados? Ella adquiere forma como la arcilla bajo el sello y se tiñe lo mismo que un vestido: entonces, a los malvados se los priva de su luz y se quiebra el brazo que se alzaba.

¿Has penetrado hasta las fuentes del mar y has caminado por el fondo del océano? ¿Se te han abierto las Puertas de la Muerte y has visto las Puertas de la Sombra? ¿Abarcas con tu inteligencia la extensión de la tierra? Indícalo, si es que sabes todo esto.

¿Por dónde se va adonde habita la luz y dónde está la morada de las tinieblas, para que puedas guiarla hasta su dominio y mostrarle el camino de su casa? ¡Seguro que lo sabes, porque ya habías nacido y es muy grande el número de tus días!”

Y Job respondió al Señor: “¡Soy tan poca cosa! ¿Qué puedo responderte? Me taparé la boca con la mano. Hablé una vez, y no lo voy a repetir; una segunda vez, y ya no insistiré”.

SALMO RESPONSORIAL    138, 1-3. 7-10. 13-14b

R/. ¡Llévame por el camino eterno, Señor!

Señor, Tú me sondeas y me conoces, Tú sabes si me siento o me levanto; de lejos percibes lo que pienso, te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son familiares.

¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu? ¿A dónde huiré de tu presencia?

Si subo al cielo, allí estás Tú; si me tiendo en el Abismo, estás presente.

Si tomara las alas de la aurora y fuera a habitar en los confines del mar, también allí me llevaría tu mano y me sostendría tu derecha.

Tú creaste mis entrañas, me plasmaste en el seno de mi madre: te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable. ¡Qué maravillosas son tus obras!

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Cf. Sal 94, 8a. 7d

Aleluya.

No endurezcan su corazón, sino escuchen la voz del Señor. Aleluya.

EVANGELIO

El que me rechaza rechaza a Aquél que me envió.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas  10, 13-16

Jesús dijo:

¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza. Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.

Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno.

El que los escucha a ustedes me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes me rechaza a mí; y el que me rechaza rechaza a Aquél que me envió.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, a tu Hijo Jesucristo, que se entregó por la redención de todos los hombres, para que, por él, desde la salida del sol hasta su ocaso, tu nombre sea glorificado en todo el mundo y en todo lugar se ofrezca el único sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión  Cf. Mt 28, 20

Dice el Señor: enseñen a cumplir todo lo que yo les he mandado. Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el don de nuestra redención, te pedimos, Padre, que con este auxilio de salvación eterna se acreciente siempre en nosotros la verdadera fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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