Liturgia del Domingo 30 de Noviembre de 2025
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I domingo del Tiempo de Adviento
Morado

Sugerencias para la celebración

Como enseña la Iglesia, en este tiempo de Adviento que hoy comenzamos, se recuerda la primera venida del Hijo de Dios a los hombres y se espera, a la vez, su segunda venida al final de los tiempos.

Los fieles deberían captar en un solo golpe de vista que estamos en una etapa nueva del año.

Sobre la ornamentación del altar, la Introducción general del Misal romano es claro: «Durante el tiempo de Adviento el altar puede adornarse con flores, con tal moderación, que convenga a la índole de este tiempo, pero sin que se anticipe a la alegría plena del Nacimiento del Señor». 

El equipo de liturgia podría elaborar, por lo tanto, un pequeño plan para ir expresando con flores, semana a semana, esa gradualidad. El paño que habitualmente se pone sobre el ambón o facistol será de color morado, como el color de las vestiduras litúrgicas. Soy partidario que el mantel siempre sea de color blanco. Y, cerca del ambón – pero dependerá de la peculiaridad de cada espacio litúrgico- la corona de Adviento.

Según las indicaciones del Bendicional, la Corona de Adviento que se ha instalado en la iglesia se puede bendecir al comienzo de la misa. Se hace después del saludo inicial – que en este tiempo tiene una cláusula que conviene emplear, pues ayuda a tomar conciencia de la disposición espiritual de este tiempo- y en lugar del acto penitencial. Así es, en vez del acto penitencial. Hay que advertir de ello al coro, que suele dar por hecho que debe intervenir siempre en ese momento. Y no, no hay tal. Si bendecimos la Corona, no hay Acto penitencial.  

El mismo libro litúrgico del Bendicional nos explica la simbología de la Corona: las luces nos recuerdan a Jesucristo como luz del mundo, el color verde de las hojas significa la vida y la esperanza. Por ello, la corona es un augurio del triunfo de Cristo, que al hacerse hombre (Navidad ya próxima), triunfó sobre la oscuridad y la muerte (Pascua).

El rito es muy simple: una oración de bendición y el acto en el que se enciende el primer cirio. De este modo, el rito inicial de la eucaristía consta de los siguientes elementos: procesión de entrada, acompañado con el himno de inicio – que siempre alude a Cristo, en este caso como el objeto de nuestra esperanza (Cf. Salmo 24: «A ti, Señor, elevo mi alma; Dios mío, yo pongo en ti mi confianza»); el saludo propio de este tiempo, la bendición de la corona y finalmente la Oración Colecta.

Es costumbre en algunas comunidades bendecir a las madres embarazadas, en este día. Sugerimos hacerlo inmediatamente después de la homilía, con esta oración:

Señor Dios, creador del género humano,

cuyo Hijo, por obra del Espíritu Santo,

quiso nacer de la Virgen María,

para redimir y salvar a los hombres,

librándolos de la deuda del antiguo pecado,

atiende los deseos de esta(s) hija(a) tuya(s),

que te suplica(n) por el hijo que espera(n),

y concédele(s) un parto feliz;

Que su hijo se agregue a la comunidad de los fieles,

te sirva en todo y alcance finalmente la vida eterna.

Por Jesucristo nuestro Señor.

La oración de los fieles y la presentación de los dones se desarrolla como es habitual.

El Misal prescribe el prefacio I o II de Adviento. Esto es en el Misal oficial aprobado para nuestro uso por la Conferencia de obispos de Chile, pues otros misales tienen otro orden. ¡A no confundirse! Aquí se indica la preferencia por el prefacio cuyo título es «Las dos venidas de Cristo», o también: «Cristo, Señor y Juez de la historia».

Ya no se puede usar la Cuarta Plegaria eucarística, ni ninguna de las plegarias menores. Esto corre para todo el ciclo de Adviento y Navidad. No tenemos embolismos propios para Adviento.  

Los cantos deben ser elegidos conforme al primer período de este tiempo, que aún no anuncia Navidad, sino más bien, el retorno glorioso de Cristo.

Al final de la misa, en el momento de los avisos, se puede invitar a los fieles a bendecir en sus casas la corona de adviento. Se pueden imprimir algunas copias de la oración que tenemos en el Bendicional, o publicarla en la página web de la parroquia. Es una linda manera de hacer llegar la espiritualidad de Adviento a nuestras casas.  

Tenemos una bendición solemne muy linda para este tiempo. Ojalá la usáramos. Es una preciosa síntesis de todo este tiempo y anticipa los dones que el Señor quiere ofrecernos en este tiempo.

Al final, el canto mariano, cuando aún queda una semana de Mes de María. Ojalá uno que se refiera a la Virgen de Adviento, que es la figura de la esperanza.

¡Linda celebración!

 

Antífona de entrada Sal 24, 1-3

A ti, Señor, elevo mi alma; Dios mío, yo pongo en ti mi confianza. Que no tenga que avergonzarme ni se rían de mí, mis enemigos. Ninguno de los que esperan en ti tendrá que avergonzarse.

No se dice Gloria

 

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, te rogamos que la práctica de las buenas obras nos permita salir al encuentro de tu Hijo que viene hacia nosotros, para que merezcamos estar en el Reino de los cielos junto a Él. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios

Lectura del libro de Isaías 2, 1-5

Palabra que Isaías, hijo de Amós, recibió en una visión, acerca de Judá y de Jerusalén:

Sucederá al fin de los tiempos, que la montaña de la Casa del Señor será afianzada sobre la cumbre de las montañas y se elevará por encima de las colinas. Todas las naciones afluirán hacia ella y acudirán pueblos numerosos, que dirán: “¡Vengan, subamos a la montaña del Señor, a la Casa del Dios de Jacob! Él nos instruirá en sus caminos y caminaremos por sus sendas”.

Porque de Sión saldrá la Ley, y, de Jerusalén, la palabra del Señor. Él será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas.

No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra. ¡Ven, casa de Jacob, y caminemos a la luz del Señor!

Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL 121, 1-2. 4-9

R/. Vamos con alegría a la Casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la Casa del Señor”! Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén. R/. 

Allí suben las tribus, las tribus del Señor para celebrar el nombre del Señor. Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David. R/. 

Auguren la paz a Jerusalén: “¡Vivan seguros los que te aman! ¡Haya paz en tus muros y seguridad en tus palacios!” R/. 

Por amor a mis hermanos y amigos, diré: “La paz esté contigo”. Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios, buscaré tu felicidad. R/. 

 

SEGUNDA LECTURA

La salvación está cerca de nosotros

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 13, 11-14a

Hermanos:

Ustedes saben en qué tiempo vivimos y que ya es hora de que se despierten, porque la salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está muy avanzada y se acerca el día. Abandonemos las obras propias de la noche y vistámonos con la armadura de la luz. Como en pleno día, procedamos dignamente: basta de excesos en la comida y en la bebida, basta de lujuria y libertinaje, no más peleas ni envidias. Por el contrario, revístanse del Señor Jesucristo.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Sal 84, 8

Aleluya. ¡Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación! Aleluya.

EVANGELIO

Estén prevenidos y preparados

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 24, 37-44

Jesús dijo a sus discípulos:

“Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé. En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado. De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada.

Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor. Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada”.

Palabra del Señor
 

CREDO

ORACIÓN UNIVERSAL

S. Porque el Señor es quien dispone todo para nuestro bien, presentémosle nuestra oración con confianza.

  • Por la Iglesia, para que cumpliendo su vocación pueda consituirse en luz que ilumine y atraiga a todos los pueblos al conocimiento y al amo de Jesús, roguemos al Señor.
  • Por los responsables de la justicia y de la paz en el mundo y en nuestra patria, para que no defrauden la esperanza de los ciudadanos, roguemos al Señor.
  • Por los que más sufren, por quienes viven sin esperanza en medio de las dificultades de la vida, que este tiempo de Adviento los fortalezca, roguemos al Señor.
  • Por nosotros, nuestras familias y comunidades, para que vayamos abriendo nuestro corazón a la presencia siempre nueva de Cristo en la historia, roguemos al Señor.

S. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, acepta los dones que recibimos de ti y ahora te presentamos; que esta ofrenda realizada en el tiempo presente, sea para nosotros anticipo de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

Antífona de comunión

El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos. Sal 84, 13

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que fructifique en nosotros la celebración de los santos misterios con los que tú nos enseñas a amar y adherirnos a los bienes eternos, mientras peregrinamos en medio de las realidades transitorias de esta vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede impartirse la bendición solemne


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