Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Domingo 17 de Octubre de 2021
- A
+ A

Domingo vigesimonoveno del tiempo ordinario
Salterio I
Color: verde

Antífona de entrada Sal 16, 6. 8 

Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes: inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras. Protégeme como a la pupila de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas. 

Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, concédenos permanecer fieles a tu santa voluntad y servirte con un corazón sincero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA

Si ofrece su vida en sacrificio, verá su descendencia.

Lectura del libro de Isaías 53, 10-11

El Señor quiso aplastarlo con el sufrimiento. Si ofrece su vida en sacrificio de reparación, verá su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Señor se cumplirá por medio de él. A causa de tantas fatigas, él verá la luz y, al saberlo, quedará saciado.

Mi Servidor justo justificará a muchos y cargará sobre sí las faltas de ellos.

SALMO RESPONSORIAL 32, 4-5. 18-20. 22

R/. Señor, que descienda tu amor sobre nosotros.

La palabra del Señor es recta y Él obra siempre con lealtad; Él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor.

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia.

Nuestra alma espera en el Señor: Él es nuestra ayuda y nuestro escudo. Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos en ti.

SEGUNDA LECTURA

Vayamos confiadamente al trono de la gracia.

Lectura de la carta a los Hebreos 4, 14-16

Hermanos:

Ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un Sumo Sacerdote insigne que penetró en el cielo, permanezcamos firmes en la confesión de nuestra fe. Porque no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; al contrario, Él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros, a excepción del pecado.

Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Mc 10, 45

Aleluya.

El Hijo del hombre vino para servir y dar su vida en rescate por una multitud. Aleluya.

EVANGELIO

El Hijo del hombre vino para dar su vida en rescate por una multitud.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 10, 35-45

Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir.

Él les respondió: ¿Qué quieren que haga por ustedes?

Ellos le dijeron: Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria.

Jesús les dijo: No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que Yo beberé y recibir el bautismo que Yo recibiré?

Podemos, le respondieron.

Entonces Jesús agregó: Ustedes beberán el cáliz que Yo beberé y recibirán el mismo bautismo que Yo. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados.

Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos. Jesús los llamó y les dijo: Ustedes saben que aquéllos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.

Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud.

Credo

Oración de los fieles

Invoquemos, hermanos, al Señor, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad:

Para que el Señor avive el corazón de los fieles y los empuje a trabajar en la salvación de todos los hombres y en el anuncio del Evangelio a todos los pueblos, roguemos al Señor.

Para que sean desterradas todas las divisiones que separan a pueblos y razas, y se mantengan firmes en la sociedad humana la igualdad y la justicia, roguemos al Señor.

Para que los prófugos, los exiliados, los rechazados por la sociedad y los abandonados puedan regresar a la patria y para que el Señor conceda a todos un corazón bondadoso para con los pobres y forasteros, roguemos al Señor.

Para que Dios infunda en nuestros corazones su Espíritu de amor, a fin de que, revestidos con los mismos sentimientos de Cristo, amemos a Dios en los hermanos, roguemos al Señor.

Señor, Dios todopoderoso, que en tu Hijo nos has dado un sumo sacerdote que ha atravesado el cielo para ofrecerte el único sacrificio que expía los pecados del mundo, escucha nuestras oraciones y haz que, purificados con su sangre, alcancemos tu gracia y, cumpliendo fielmente tu voluntad, participemos del cáliz que bebió Cristo y seamos bautizados con el bautismo de su muerte redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Te ofrecemos, Señor, estos dones, con un corazón libre y generoso, para que tu gracia nos purifique por estos misterios que ahora celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión Cf. Sal 32, 18-19 

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Concédenos, Padre, que la participación en la eucaristía nos ayude para aprovechar los bienes temporales y alcanzar los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 


  • Catedral 1063, local 503, Santiago

    Teléfonos: +56 2 3278 0733 - +56 2 3278 0734

    Desarrollado por Iglesia.cl