Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Liturgia del Sábado 14 de Septiembre de 2024
- A
+ A

Sábado de la vigesimotercera semana del tiempo ordinario

Común de la Virgen María

Propuesta celebrativa

Color: verde

Antífona de entrada             Cf. Jdt 13, 18. 19 

El Señor, el Dios altísimo, te ha bendecido a ti, Virgen María, más que a todas las mujeres de la tierra. Él ha engrandecido tanto tu nombre, que los hombres no dejarán de alabarte. 

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Padre, por la intercesión de la Santísima Virgen María, que cuantos la veneramos en esta gloriosa conmemoración, merezcamos también participar de la plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

PRIMERA LECTURA

Aunque somos muchos, formamos un solo Cuerpo, porque participamos de un único pan.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto   10, 14-22

Queridos míos, eviten la idolatría. Les hablo como a gente sensata; juzguen ustedes mismos lo que voy a decirles. La copa de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la Sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo? Ya que hay un solo pan, todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo Cuerpo, porque participamos de ese único pan.

Pensemos en Israel según la carne: aquellos que comen las víctimas, ¿no están acaso en comunión con el altar?

¿Quiero decir con esto que la carne sacrificada a los ídolos tiene algún valor, o que el ídolo es algo? No, afirmo sencillamente que los paganos ofrecen sus sacrificios a los demonios y no a Dios. Ahora bien, yo no quiero que ustedes entren en comunión con los demonios. Ustedes no pueden beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios; tampoco pueden sentarse a la mesa del Señor y a la mesa de los demonios. ¿O es que queremos provocar los celos del Señor? ¿Pretendemos ser más fuertes que Él?

SALMO RESPONSORIAL     115, 12-13. 17-18

R/. ¡Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza!

¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo? Alzaré la copa de la salvación e invocaré el Nombre del Señor. 

Te ofreceré un sacrificio de alabanza, e invocaré el Nombre del Señor. Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo. 

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO      Jn 14, 23

Aleluya.

“El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará e iremos a él”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

¿Por qué me llaman “Señor, Señor” y no hacen lo que les digo?

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   6, 43-49

Jesús decía a sus discípulos:

No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos: cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas.

El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla su boca.

¿Por qué ustedes me llaman: "Señor, Señor", y no hacen lo que les digo? Yo les diré a quién se parece todo aquel que viene a mí, escucha mis palabras y las practica. Se parece a un hombre que, queriendo construir una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre la roca. Cuando vino la inundación, las aguas se precipitaron con fuerza contra esa casa, pero no pudieron derribarla, porque estaba bien construida.

En cambio, el que escucha la Palabra y no la pone en práctica se parece a un hombre que construyó su casa sobre tierra, sin cimientos. Cuando las aguas se precipitaron contra ella, enseguida se derrumbó, y el desastre que sobrevino a esa casa fue grande.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Te ofrecemos con alegría este sacrificio de alabanza, Señor, en la celebración de la Madre de tu Hijo, y te pedimos que, por este sagrado intercambio de dones, aumenten en nosotros los frutos de tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión         Cf. Lc 1, 48 

Me llamarán feliz todas las generaciones, porque Dios miró con bondad la pequeñez de su servidora. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Alimentados con estos dones, te pedimos, Padre, que podamos confesar con las palabras y las obras, a quien recibimos en la eucaristía, tu Hijo, nacido de la Virgen María. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. 


  • Catedral 1063, local 503, Santiago

    Teléfonos: +56 2 3278 0733 - +56 2 3278 0734

    Desarrollado por Iglesia.cl