XXXIII domingo del Tiempo Ordinario
Verde
Sugerencias para la celebración
La liturgia de hoy invita a la Iglesia a ver la historia en su conjunto. ¿Qué vemos en ella? Junto a muchos elementos positivos y preciosos, otros muchos que son calamidades y desgracias. Para los cristianos, además, muchas incomprensiones, muchas persecuciones. ¿Qué pensar de todo esto? ¿Qué hacer? Jesús se nos hace presente en esta celebración regalándonos una particular manera de ver, un modo especial de considerar todo esto, donde prima, naturalmente, una visión de fe y de confianza: la historia de la humanidad tiene un final, pero pese a tantas desgracias, al final Dios hará justicia, y «gracias a la constancia salvarán sus vidas».
Creemos en Alguien que incluso en las horas más oscuras de su paso por el mundo, confió y esperó. Tampoco nosotros debemos temer al futuro, por muy oscuro que a veces pueda parecer. El Señor se introdujo en la historia para abrir en ella una ventana trascendente desde donde podemos vislumbrar la luz de la justicia divina. Por eso debemos animarnos a vivir con paciencia y esperanza, sin temor alguno.
Es una oportuna celebración para tomar perspectiva, apartándonos un poco de las minucias de cada día, que nos absorben el tiempo, y a veces impiden que miremos el todo. Es la oportunidad para asomarnos a la visión bíblica sobre la historia humana, que nos muestra que, pese a tantas calamidades, debemos enfrentar cada dificultad con fe. ¡Al final habrá justicia!
La celebración siempre es un anticipo del final definitivo de la historia. Al domingo le denominamos «día del Señor», al igual que al último día de la historia. Por eso nuestro planteamiento celebrativo debe estar siempre lleno de esperanza. Que el ambiente que se pueda generar desde la llegada de los fieles hasta su despedida corresponda a esa convicción.
Los bienes escatológicos hechos presentes en la celebración son especialmente elocuentes en la liturgia eucarística. Se puede sugerir usar el prefacio dominical IX, «el día del Señor», por su alusión a la espera «del domingo sin ocaso en el que la humanidad entrará en su descanso». También es una buena opción emplear la Plegaria eucarística para diversas circunstancias II: «Dios guía a su Iglesia por el camino de salvación».
Si fuese posible preparar a la asamblea antes de la celebración, se puede ensayar la segunda fórmula de aclamación tras el relato de la institución: «Éste es el Misterio de la fe, Cristo nos redimió», a la cual la asamblea responde diciendo: «Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas». Tiene un sentido escatológico muy bello.
Acotación al margen: esa respuesta a la aclamación la dicen sólo los fieles laicos. Un celebrante en el rito romano no se dirige a Jesucristo en ese momento.
También la bendición solemne VIII es especialmente adecuada, antes de la despedida: «Que el Dios de la paz los consagre totalmente y que todo el espíritu, alma y cuerpo de ustedes sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo».
Antes de ella se puede orar sobre el pueblo. La oración 18 puede ser adecuada:
«Instruye, Señor, a tu pueblo con las enseñanzas divinas para que, evitando todo lo malo y siguiendo todo lo bueno, reciba la gracia del Padre misericordioso y no la sentencia del Juez. Por Jesucristo, nuestro Señor»
¡Y no nos olvidemos de un canto a la Virgen que exprese la alegría que brota de nuestra esperanza, junto a la oración del Mes!
Antífona de entrada Cf. Jer 29, 11. 12. 14
Dice el Señor: Yo tengo designios de paz y no de aflicción. Invóquenme y los escucharé y pondré fin a su cautiverio.
Gloria
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, concédenos vivir siempre con alegría bajo tu mirada, ya que la felicidad plena y duradera consiste en servirte a ti, fuente y origen de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Para ustedes brillará el sol de justicia
Lectura de la profecía de Malaquías 3, 19-20a
Llega el Día, abrasador como un horno.
Todos los arrogantes y los que hacen el mal serán como paja; el Día que llega los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles raíz ni rama.
Pero para ustedes, los que temen mi Nombre, brillará el sol de justicia que trae la salud en sus rayos.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL 97, 5-9
R/. El Señor viene a gobernar los pueblos.
Canten al Señor con el arpa y al son de instrumentos musicales; con clarines y sonidos de trompeta aclamen al Señor, que es Rey.R/.
Resuene el mar y todo lo que hay en él, el mundo y todos sus habitantes; aplaudan las corrientes del océano, griten de gozo las montañas al unísono. R/.
Griten de gozo delante del Señor, porque Él viene a gobernar la tierra; Él gobernará el mundo con justicia, y los pueblos con rectitud. R/.
SEGUNDA LECTURA
El que no quiera trabajar, que no coma
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica 3, 6-12
Hermanos:
Les ordenamos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que lleve una vida ociosa, contrariamente a la enseñanza que recibieron de nosotros. Porque ustedes ya saben cómo deben seguir nuestro ejemplo. Cuando estábamos entre ustedes, no vivíamos como holgazanes, y nadie nos regalaba el pan que comíamos. Al contrario, trabajábamos duramente, día y noche, hasta cansarnos, con tal de no ser una carga para ninguno de ustedes. Aunque teníamos el derecho de proceder de otra manera, queríamos darles un ejemplo para imitar.
En aquella ocasión les impusimos esta regla: el que no quiera trabajar, que no coma. Ahora, sin embargo, nos enteramos de que algunos de ustedes viven ociosamente, no haciendo nada y entrometiéndose en todo. A éstos les mandamos y les exhortamos en el Señor Jesucristo que trabajen en paz para ganarse su pan.
Palabra de Dios
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Lc 21, 28
Aleluya. Tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación. Aleluya.
EVANGELIO
Gracias a la constancia salvarán sus vidas
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 21, 5-19
Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: “De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido”.
Ellos le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?”
Jesús respondió: “Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: “Soy yo”, y también: “El tiempo está cerca”. No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin”.
Después les dijo: “Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.
Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque Yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas”.
Palabra del Señor
Credo
ORACIÓN UNIVERSAL
S. Oremos al Señor, nuestro Padre:
S. Acoge, Padre, la oración de tu Iglesia reunida en oración, por Jesucristo, Nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que esta ofrenda sea agradable a tus ojos, nos otorgue la gracia de servirte con amor, y nos obtenga los gozos eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Antífona de comunión Sal 72, 28
Mi dicha es estar cerca de Dios, y poner mi refugio en el Señor.
O bien: Cf. Mc 11, 23.24
Dice el Señor: cuando pidan algo en la oración, crean que ya lo tienen, y lo conseguirán.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Después de haber recibido los dones pascuales te pedimos humildemente, Señor, que la Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar en su memoria aumente la caridad en todos nosotros. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Pastoral Litúrgica