Liturgia del Domingo 09 de Noviembre de 2025
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OPCIÓN 1

 

Dedicación de la Basílica de san Juan de Letrán
Fiesta
Blanco

 

Sugerencias para la celebración

La Iglesia celebra hoy la Dedicación de la Basílica de san Juan de Letrán. 

Esta basílica fue construida por el emperador Constantino en el siglo IV sobre un antiguo palacio, y fue consagrada por el papa san Silvestre en el año 324. Está dedicada a Jesús Salvador, y siendo la catedral del Papa, es la iglesia madre de todas las iglesias de Roma y del mundo. 

Por eso su memoria se celebra en todo el rito romano. 

Dios tiene un lugar en el mundo

Pero más allá de una referencia geográfica y eclesial de importancia, nosotros estamos celebrando que Dios tiene un lugar donde puede ser encontrado. Las culturas antiguas construyeron templos donde ellos pensaban que Dios residía. De una manera un poco distinta, los israelitas también construyeron su templo donde era posible invocar el nombre de Dios. 

Pero nosotros los cristianos tenemos un solo templo donde reside la divinidad, y ese es el cuerpo de Cristo. 

Entonces ¿son indiferentes para nosotros nuestros lugares de culto? Por supuesto que no, porque ellos, a modo de signo, representan a la comunidad conformada por Cristo, nuestra cabeza, y a nosotros mismos, su cuerpo. Por eso los cristianos a los lugares de culto le denominaron «iglesias», porque son como una especie de autorretrato de nuestra identidad más profunda. 

Cuidar y querer el lugar sagrado

El espacio litúrgico está llamado a evocar, con los múltiples recursos de que se dispone, la identidad de la Iglesia. «Este edificio – dice la plegaria que se usa para dedicar una iglesia- hace vislumbrar el misterio de la Iglesia».

Es hermoso tomar conciencia de que nuestras iglesias, capillas u oratorios son un signo sacramental, es decir, una señal que expresa la cercanía de Dios en medio de nosotros. 

Es una buena ocasión hoy día para rescatar el valor sacramental de nuestras capillas y aprender a quererlas y cuidarlas. La tradición cristiana siempre las ha querido embellecer con las mejores capacidades de los artistas. 

Sin embargo, lo esencial es que tenga una «noble sencillez», es decir, que se vea ordenada, limpia, y que, al entrar, inmediatamente nos demos cuenta de que este lugar es tanto nuestro como del Señor. 

Y que no es tanto que ese lugar nos hable de Dios, sino más todavía, que sintamos que Dios mismo nos habla en ellas. 

Hermosa oportunidad para pensar cómo embellecer un lugar que es, además, memoria de la historia de la comunidad y profecía de aquello que la comunidad está llamada a ser. 

¡Feliz domingo!

 

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Del Martirologio Romano

En Roma, dedicación de la basílica del Santísimo Salvador, que se llama madre y cabeza de todas las iglesias de la ciudad y del mundo.

Antífona de entrada Cf. Ap 21, 2

Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo.

o bien: Cf. Ap 21,3

Esta es la morada de Dios entre los hombres. Él habitará con ellos, ellos serán su pueblo, y él mismo será su Dios.

Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que construyes un templo eterno para ti con las piedras vivas que son tus elegidos, multiplica en tu Iglesia la gracia que le has dado, para que tu pueblo fiel continúe edificando la Jerusalén celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

O bien:

Dios nuestro, que te has dignado llamar esposa a tu Iglesia, concede a los fieles congregados en tu nombre que puedan venerarte, amarte y seguirte y, guiados por ti, alcanzar la vida eterna prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.


OPCIÓN 2

XXXII domingo del Tiempo Ordinario
Verde

Sugerencias para la celebración

Nos encontramos hoy con una temática parecida a la del domingo anterior. Sin embargo, el énfasis hoy día no es tanto la oración por los difuntos, cuanto la perspectiva inminente del desenlace de nuestras vidas. ¡Es una celebración muy pascual, llena de esperanza en la vida eterna! 

La primera lectura es dramática, y el lector debe expresar con su voz y con el ritmo de su lectura, la gravedad del hecho del martirio de aquellos macabeos. Pero el énfasis debe estar puesto en la convicción de fe que brota de este testimonio: «¡El Rey del universo nos resucitará a una vida eterna!». 

El salmo, proclamado y orado por otro lector o lectora, nos trae un gran respiro lleno de esperanza. Es un hermoso contraste, y al mismo tiempo, muy armoniosamente dispuesto, con la primera lectura. 

La intervención de Jesús en su constante polémica con los grupos religiosos de su época logra escapar de la casuística y nos lleva al amplio horizonte de la trascendencia de la vida. Este domingo adoramos a un Señor que vive consciente del destino eterno de la humanidad. 

La homilía es una buena oportunidad para ofrecer un anuncio vibrante sobre la fe en la resurrección del Señor. Es todo un primer anuncio. Lo que Cristo anunció, fue cumplido. Es también, por lo tanto, un anuncio sobre nuestra propia vocación de eternidad, después del paso por esta vida. Todo ello, lejos de descuidar el presente, hace al cristiano estar más atento, para orientar su vida hacia su verdadero fin. 

Puede ser una oportunidad también para aclarar algunas ideas equivocadas que se introducen entre los cristianos, como la idea de la reencarnación. Nuestra esperanza no consiste en volver a tener un cuerpo terreno, sino en vivir eternamente en la gloria de Dios, siendo nosotros mismos, con nuestros recuerdos que guardamos en el alma. Con todo, la celebración de hoy se presta sobre todo para un anuncio kerigmático, que ofrezca lo esencial de nuestra ve y el gran bien que constituye para todos. 

Si nunca debiésemos reemplazar el Aleluya para preparar el Evangelio, con otra cosa, hoy con mayor razón. Es una aclamación, un canto ritual, que, si bien acompaña una acción sagrada, como la procesión con el evangeliario hacia el ambón, es en sí mismo un rito. De esta forma saludamos y acogemos a Cristo y profesamos nuestra fe en él. La antífona que nos propone el misal enfoca la adoración a Cristo presente en su palabra de la siguiente manera: «Jesucristo es el Primero que resucitó de entre los muertos. ¡A Él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos!».

Ya ha comenzado el Mes de María, por lo cual, no olvidemos adornar como conviene la imagen que se venera en la iglesia o capilla. El canto mariano, sólo al final de la celebración. 

 

Antífona de entrada Cf. Sal 87, 3

Que mi plegaria llegue a tu presencia, Señor; inclina tu oído a mi clamor.

Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y rico en misericordia, aleja de nosotros todos los males, para que, sin impedimentos en el alma y en el cuerpo, cumplamos tu voluntad con libertad de espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


OPCIÓN 1

LITURGIA DE LA PALABRA

He visto el agua que brotaba del templo: y todos aquéllos a quienes alcanzó esta agua han sido salvados

Lectura de la profecía de Ezequiel 47, 1-2. 8-9. 12

El ángel me llevó a la entrada de la Casa, y vi que salía agua por debajo del umbral de la Casa, en dirección al oriente, porque la fachada de la Casa miraba hacia el oriente. El agua descendía por debajo del costado derecho de la Casa, al sur del altar. Luego me sacó por el camino de la puerta septentrional, y me hizo dar la vuelta por un camino exterior, hasta la puerta exterior que miraba hacia el oriente. Allí vi que el agua fluía por el costado derecho.

Entonces me dijo: “Estas aguas fluyen hacia el sector oriental, bajan hasta la estepa y van a desembocar en el Mar. Se las hace salir hasta el Mar, para que sus aguas sean saneadas. Hasta donde llegue el torrente, tendrán vida todos los seres vivientes que se mueven por el suelo y habrá peces en abundancia. Porque cuando esta agua llegue hasta el Mar, sus aguas quedarán saneadas, y habrá vida en todas partes adonde llegue el torrente.

Al borde del torrente, sobre sus dos orillas, crecerán árboles frutales de todas las especies. No se marchitarán sus hojas ni se agotarán sus frutos, y todos los meses producirán nuevos frutos, porque el agua sale del Santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de remedio”.

Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL 45, 2-3. 5-6. 8-9

R/. Vengan a contemplar las obras del Señor.

El Señor es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda siempre pronta en los peligros. Por eso no tememos, aunque la tierra se conmueva y las montañas se desplomen hasta el fondo del mar. R/.

Los canales del Río alegran la Ciudad de Dios, la más santa Morada del Altísimo. El Señor está en medio de ella: nunca vacilará; Él la socorrerá al despuntar la aurora. R/.

El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro baluarte es el Dios de Jacob. Vengan a contemplar las obras del Señor, Él hace cosas admirables en la tierra. R/.

SEGUNDA LECTURA

Ustedes son templo de Dios

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 3, 9c-11. 16-17

Hermanos:

Ustedes son el campo de Dios, el edificio de Dios. Según la gracia que Dios me ha dado, yo puse los cimientos como lo hace un buen arquitecto, y otro edifica encima. Que cada cual se fije bien de qué manera construye. El fundamento ya está puesto y nadie puede poner otro, porque el fundamento es Jesucristo.

¿No saben que ustedes son templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son este templo.

Palabra de Dios

 

OPCIÓN 2

PRIMERA LECTURA

El Rey del universo nos resucitará a una vida eterna

Lectura del segundo libro de los Macabeos 6, 1; 7, 1-2. 9-14

El rey Antíoco envió a un consejero ateniense para que obligara a los judíos a abandonar las costumbres de sus padres y a no vivir conforme a las leyes de Dios.

Fueron detenidos siete hermanos, junto con su madre. El rey, flagelándolos con azotes y tendones de buey, trató de obligarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley. Pero uno de ellos, hablando en nombre de todos, le dijo: ¿Qué quieres preguntar y saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir, antes que violar las leyes de nuestros padres.

Una vez que el primero murió, llevaron al suplicio al segundo. Y cuando estaba por dar su último suspiro, dijo: Tú, malvado, nos privas de la vida presente, pero el Rey del universo nos resucitará a una vida eterna, ya que nosotros morimos por sus leyes.

Después de éste, fue castigado el tercero. Apenas se lo pidieron, presentó su lengua, extendió decididamente sus manos y dijo con valentía: Yo he recibido estos miembros como un don del Cielo, pero ahora los desprecio por amor a sus leyes y espero recibirlos nuevamente de Él. El rey y sus acompañantes estaban sorprendidos del valor de aquel joven, que no hacía ningún caso de sus sufrimientos.

Una vez que murió éste, sometieron al cuarto a la misma tortura y a los mismos suplicios. Y cuando ya estaba próximo a su fin, habló así: Es preferible morir a manos de los hombres, con la esperanza puesta en Dios de ser resucitados por Él. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida.

Palabra de Dios

 

SALMO RESPONSORIAL 16, 1. 5-6. 8b. 15

R/. ¡Señor, al despertar, me saciaré de tu presencia!

Escucha, Señor, mi justa demanda, atiende a mi clamor; presta oído a mi plegaria, porque en mis labios no hay falsedad. R/.

Mis pies se mantuvieron firmes en los caminos señalados: ¡mis pasos nunca se apartaron de tus huellas! Yo te invoco, Dios mío, porque Tú me respondes: inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras. R/.

Escóndeme a la sombra de tus alas. Pero yo, por tu justicia, contemplaré tu rostro, y al despertar, me saciaré de tu presencia. R/.

 

SEGUNDA LECTURA

Que el Señor los fortalezca en toda obra y en toda palabra buena

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica 2, 16-3, 5

Hermanos:

Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, los reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena.

Finalmente, hermanos, rueguen por nosotros, para que la Palabra del Señor se propague rápidamente y sea glorificada como lo es entre ustedes. Rueguen también para que nos veamos libres de los hombres malvados y perversos, ya que no todos tienen fe.

Pero el Señor es fiel: Él los fortalecerá y los preservará del Maligno. Nosotros tenemos plena confianza en el Señor de que ustedes cumplen y seguirán cumpliendo nuestras disposiciones. 

Que el Señor los encamine hacia el amor de Dios y les dé la perseverancia de Cristo.

Palabra de Dios

OPCIÓN 1

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO 2 Crón 7, 16

Aleluya. “Yo he elegido y consagrado esta Casa, a fin de que mi Nombre resida en ella para siempre”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

Se refería al templo de su cuerpo

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 2, 13-22

Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas.

Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó las mesas y dijo a los vendedores de palomas: “Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio”.

Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: “El celo por tu Casa me consumirá”.

Entonces los judíos le preguntaron: “¿Qué signo nos das para obrar así?” Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar”.

Los judíos le dijeron: “Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?”

Pero Él se refería al templo de su cuerpo.

Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que Él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.

Palabra del Señor

CREDO

ORACIÓN UNIVERSAL

S. Con alegría y gratitud presentemos al Señor nuestras súplicas:

  • Por la Iglesia, que en Cristo es el templo vivo del Espíritu Santo, para que, fortalecida en la fe y la caridad, sea signo de unidad y santidad para el mundo, roguemos al Señor.

  • Por el Papa, siervo de los siervos de Dios, para que con sabiduría y caridad cuide del pueblo de Dios y ayude a que todos los fieles vivan como templos del Espíritu Santo, roguemos al Señor.

  • Por los gobernantes y líderes de nuestras naciones, para que protejan la dignidad de cada persona y fomenten la paz, roguemos al Señor.

  • Por quienes participan en la vida de nuestras comunidades, para que, abiertos a la gracia divina, se conviertan en signos vivos del amor de Dios y resplandezcan con obras de justicia y misericordia, roguemos al Señor.

  • Por nosotros mismos, reunidos en este lugar de oración, para que, transformados por su gracia, llevemos la presencia de Dios al mundo, roguemos al Señor.

S. Señor y Dios nuestro, que te haces cercano a todos nosotros en Cristo, tu Hijo amado, acoge nuestra oración, y haznos a todos templos vivos del Espíritu, para que tu Iglesia, como madre feliz de hijos numerosos, llegue a la plenitud de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor

 

OPCIÓN 2

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Apoc 1, 5a. 6b

Aleluya. Jesucristo es el Primero que resucitó de entre los muertos. ¡A Él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Aleluya.

EVANGELIO

No es un Dios de muertos, sino de vivientes

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 20, 27-38

Se acercaron a Jesús algunos saduceos, que niegan la resurrección, y le dijeron: Maestro, Moisés nos ha ordenado: “Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda”. Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos. El segundo se casó con la viuda, y luego el tercero. Y así murieron los siete sin dejar descendencia. Finalmente, también murió la mujer. Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?

Jesús les respondió: En este mundo los hombres y las mujeres se casan, pero los que son juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección, no se casan. Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.

Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor “el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Porque Él no es un Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para Él.

Palabra del Señor

O bien más breve:

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 20, 34-38

Jesús dijo a los saduceos, que niegan la resurrección:

En este mundo los hombres y las mujeres se casan, pero los que son juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección, no se casan. Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.

Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Porque Él no es un Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para Él.

Palabra del Señor

 

Credo

ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos al Señor, nuestro Padre, con la confianza de sentir que somos sus hijos en Cristo:

  • Por la Iglesia, para que como signo e instrumento de salvación, lleve a todas las personas la esperanza en la resurrección, roguemos al Señor. 
  • Por la gente, los pueblos, las sociedades que viven dominadas por la desesperanza en medio de una vida sin sentido, roguemos al Señor. 
  • Por los más pobres, aquellos que carecen de lo más necesario para vivir, para que entre todos podamos ayudar a generar las condiciones de vida más justas y equitativas para todos, roguemos al Señor. 
  • Por todos nosotros, reunidos aquí en torno a la mesa de la Palabra y la Mesa eucarísticia, para que el Señor continúe la obra buena que inició en nosotros, roguemos al Señor. 

Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia, que hace suyos los profundos anhelos y deseos de la humanidad entera, por Jesucristo, Nuestro Señor. 


OPCIÓN 1

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, la ofrenda que te presentamos; concédenos el fruto de tus sacramentos y el cumplimiento de nuestros deseos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

EL MISTERIO DE LA IGLESIA, QUE ES ESPOSA DE CRISTO y TEMPLO DEL ESPÍRITU

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque generosamente te dignas habitar en esta casa de oración, y nos ayudas con los dones de tu gracia, para convertirnos en templos del Espíritu Santo y hacernos resplandecer con una vida agradable a ti.

Santificas constantemente a la Iglesia, esposa de Cristo, representada en sus templos visibles, para que, como madre feliz de una multitud de hijos, merezca ser introducida en tu gloria del cielo.

Por eso, unidos a todos los ángeles y santos, te alabamos, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo …

Antífona de comunión Cf. 1 Pe 2, 5

Como piedras vivas, ustedes son un edificio espiritual y un sacerdocio santo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que manifiestas en tu Iglesia un signo visible de la Jerusalén celestial; te pedimos que, por la participación de este sacramento, seamos transformados en templos de tu gracia y lleguemos a la morada de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

OPCIÓN 2

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad este sacrificio, Señor, y concédenos alcanzar los frutos de la pasión de tu Hijo, que ahora celebramos sacramentalmente. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO

Antífona de comunión Cf. Sal 22, 1-2

El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas y me conduce a las aguas tranquilas.

O bien: Cf. Lc 24, 35

Los discípulos reconocieron al Señor Jesús al partir el pan.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te damos gracias, Padre, por la eucaristía que nos ha alimentado; imploramos tu misericordia para que, por el Espíritu Santo, quienes recibimos la fuerza de lo alto perseveremos fielmente. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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