Domingo segundo de Pascua o de La Divina Misericordia
Blanco
Sugerencias para la celebración
Con esta celebración se concluye la Octava de Pascua. Pero es más importante subrayar que estamos de lleno en el Tiempo Pascual.
Puede ser oportuno colocar en un lugar adecuado – quizá no lo sea el presbiterio, pero sí cerca de las puertas de la iglesia- un ícono referido a la resurrección.
Quizá sea oportuno explicar a la comunidad que se trata de un tiempo que se va a prolongar por varias semanas – serán siete en total- en el cual el gran tema dominante será la victoria de Cristo sobre la muerte, y la promesa de vida nueva que ese acontecimiento origina en la Iglesia.
Ojalá en este día podamos mantener el carácter festivo y gozoso del Domingo de Pascua. Y puede ser adecuada una alusión mistagógica a alguno de los signos pascuales: el cirio pascual o la fuente bautismal, especialmente adornados; o explicitar en la homilía los rasgos típicamente pascuales de este tiempo, como el rito de la aspersión del agua, los cantos pascuales o algún elemento de la eucología.
Recomendamos el rito de aspersión del agua bendita como sustituto del Acto Penitencial habitual.
La Oración colecta alude a los sacramentos de iniciación cristiana, con lo cual está subrayando que ellos son el modo actualizador de la Pascua en nosotros.
La liturgia de la Palabra está impregnada toda ella por el acontecimiento de la Pascua. El libro de los Hechos pone de manifiesto las consecuencias de la Pascua en los discípulos, y se ve una clara relación entre la alusión a «los que creían en el Señor», y el «no seas incrédulo, sino hombre de fe» que aparece en el Evangelio.
El Canon romano tiene una cláusula propia para este día: «Reunidos en comunión» y también antes de la epíclesis una alusión especialmente adecuada si ha habido bautizados en la Vigilia «Acepta, Señor, en tu bondad […] que hoy te ofrecemos por especialmente por aquellos que has hecho renacer del agua y del Espíritu Santo, perdonándoles todos sus pecados».
También la Plegaria II tiene «Acuérdate» propio y en las intercesiones una especial si ha habido iniciación cristiana en la Vigilia. La Plegaria III también contiene una intercesión para el mismo caso y otra en caso contrario.
Quienes decidieron privarse del signo de la paz durante Cuaresma, lo recuperamos en este tiempo como un don del Resucitado.
Que en esta celebración la comunidad pueda llenarse de admiración por el incomparable acontecimiento que celebramos, y pueda experimentar que el Señor nos dice a todos: «Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre» (Apocalipsis)
ANTÍFONA DE ENTRADA 1Ped 2, 2
Como niños recién nacidos, deseen la leche pura de la Palabra, que los hará crecer para la salvación. Aleluya.
O bien: 4 Esd 2, 36.37
Celebren con alegría su victoria dando gracias a Dios, que los llamó a su reino celestial. Aleluya.
GLORIA
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna misericordia, que en la celebración anual de las fiestas pascuales reavivas la fe del Pueblo santo, acrecienta en nosotros los dones de tu gracia para comprender, verdaderamente, la inestimable grandeza del bautismo que nos purificó, del Espíritu que nos regeneró y de la sangre que nos redimió. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Aumentaba cada vez más el número de los que creían en el Señor, tanto hombres como mujeres.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 5, 12-16
Los Apóstoles hacían muchos signos y prodigios en el pueblo. Todos solían congregarse unidos en un mismo espíritu, bajo el pórtico de Salomón, pero ningún otro se atrevía a unirse al grupo de los Apóstoles, aunque el pueblo hablaba muy bien de ellos.
Aumentaba cada vez más el número de los que creían en el Señor, tanto hombres como mujeres. Y hasta sacaban a los enfermos a las calles, poniéndolos en catres y camillas, para que cuando Pedro pasara, por lo menos su sombra cubriera a alguno de ellos. La multitud acudía también de las ciudades vecinas a Jerusalén, trayendo enfermos o poseídos por espíritus impuros, y todos quedaban sanados.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL 117, 2-4. 22-27a
R/. ¡Den gracias al Señor: porque es bueno, porque es eterno su amor!
Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! Que lo diga la familia de Aarón: ¡es eterno su amor! Que lo digan los que temen al Señor: ¡es eterno su amor! R/.
La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. Este es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. R/.
Sálvanos, Señor, asegúranos la prosperidad. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor: el Señor es Dios, y Él nos ilumina. R/.
SEGUNDA LECTURA
Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre.
Lectura del libro del Apocalipsis 1,9-11a. 12-13. 17-19
Yo, Juan, hermano de ustedes, con quienes comparto las tribulaciones, el Reino y la espera perseverante en Jesús, estaba en la isla de Patmos, a causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús. El Día del Señor fui arrebatado por el Espíritu y oí detrás de mí una voz fuerte como una trompeta, que decía: “Escribe en un libro lo que ahora vas a ver, y mándalo a las siete iglesias que están en Asia”.
Me di vuelta para ver de quién era esa voz que me hablaba, y vi siete candelabros de oro, y en medio de ellos, a alguien semejante a un Hijo de hombre, revestido de una larga túnica que estaba ceñida a su pecho con una faja de oro. Al ver esto, caí a sus pies, como muerto, pero él, tocándome con su mano derecha, me dijo: “No temas: Yo soy el Primero y el Ultimo, el Viviente. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo la llave de la Muerte y del Abismo. Escribe lo que has visto, lo que sucede ahora y lo que sucederá en el futuro”.
Palabra de Dios
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Jn 20, 29
Aleluya.
“Ahora crees, Tomás, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Ocho días más tarde, apareció Jesús.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 20, 19-31
Al atardecer del primer día de la semana, los discípulos se encontraban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”
Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, Yo también los envío a ustedes”.
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”.
Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: “¡Hemos visto al Señor!” Él les respondió: “Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”.
Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡La paz esté con ustedes!” Luego dijo a Tomás: “Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe”.
Tomás respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús le dijo: “Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!”
Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.
Palabra del Señor
CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
S. Oremos a Dios, nuestro Padre, que ha resucitado a Jesucristo de entre los muertos:
- Oremos por la Iglesia, comunidad de creyentes en el Señor, para que podamos crecer en la fe y dar testimonio del amor de Dios, roguemos al Señor.
- Por todos los pueblos, especialmente aquellos que no conocen la Buena noticia de la salvación, para que la novedad infinita del misterio pascual los haga buscar la justicia y la paz, roguemos al Señor
- Por los que más sufren, especialmente aquellos que han perdido las razones para vivir, o los que dudan, como Tomás, de la verdad de la resurrección, que por nuestro testimonio se encaminen a la fe, roguemos al Señor.
- Por nuestras familias y comunidades, para que en comunión unos con otros, podamos reconocer al Señor en medio nuestro, roguemos al Señor.
S. Escucha, Padre, nuestras oraciones, y concedenos seguirte con fidelidad, por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas que te presentamos (junto con los recién bautizados), y haz que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, lleguemos a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. Jn 20, 27
Acerca tu mano, y reconoce el lugar de los clavos: en adelante no seas incrédulo, sino fiel. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, concédenos que los frutos del sacramento pascual que hemos recibido, permanezcan siempre en nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor.