19 DE MARZO
En el Plan de Salvación de Dios, San José tuvo un papel esencial: Dios le encomendó la gran responsabilidad y privilegio de ser el padre adoptivo del Niño Jesús y de ser esposo virginal de la Virgen María. San José, el santo custodio de la Sagrada Familia, es el santo que más cerca está de Jesús y de la Santísima de la Virgen María.
San Mateo (1,16) llama a San José el hijo de Jacob; según San Lucas (3,23), su padre era Helí. Probablemente nació en Belén, la ciudad de David del que era descendiente. Al comienzo de la historia de los Evangelios (poco antes de la Anunciación), San José vivía en Nazaret.
Según San Mateo 13,55 y Marcos 6,3, San José era un "tekton". La palabra significa en particular que era carpintero o albañil. San Justino lo confirma, y la tradición ha aceptado esta interpretación.
Como sabemos no era el padre natural de Jesús, quién fue engendrado en el vientre virginal de la Virgen María por obra del Espíritu Santo y es Hijo de Dios, pero José lo adoptó amorosamente y Jesús se sometió a él como un buen hijo ante su padre.
El Papa Pío IX, atendiendo a las innumerables peticiones que recibió de los fieles católicos del mundo entero, y, sobre todo, al ruego de los obispos reunidos en el concilio Vaticano I, declaró y constituyó a San José Patrono Universal de la Iglesia, el 8 de diciembre de 1870.
CAMINANDO CON SAN JOSÉ
Que san José sea nuestro modelo y guía en este año 2023, para vivir nuestra entrega a Dios, en un silencio fecundo y humilde, que nos abra a la escucha de la voluntad del Padre, en cada situación de nuestras vidas.
En este tiempo de crisis económica y familiar, pidamos a nuestro padre San José que nos ayude a velar por el trabajo y la familia, en especial a aquellas que se encuentran viviendo situaciones de mayor dificultad y desconsuelo. Que San José nos ilumine para mantener viva nuestra esperanza de un mundo más justo y fraterno.