Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Comentario - Eucaristía del
- A
+ A

Este domingo el Señor nos vuelve a introducir en el tema de las riquezas, esta vez a través de la herencia. Se trata de dos hermanos que no logran ponerse de acuerdo al momento de dividirse la herencia. Pareciera que, como en muchos casos, es la herencia la que termina dividiendo a los hermanos. 

El dinero en muchas partes del evangelio arrastra a una trampa: aparta de los amigos y de la familia, y se convierte en un verdadero dios. Parte de su engaño, es que nos hace olvidarnos de la muerte, pensando que viviremos para siempre. Este es el caso de la parábola con la que responde Jesús. Es una historia triste, se trata de un hombre que seguramente es bueno, trabajador, pero en su mundo solo existe él y sus riquezas, no aparecen ni familiares, ni amigos, ni trabajadores. Es esta búsqueda de riqueza la que pareciera haberle dado sentido a su vida, pero lejos de llenarla, la ha vaciado. La muerte, que le acontece al igual que a todos, viene a mostrar el sinsentido de su esfuerzo. Él tomó decisiones equivocadas, procuró acumular riquezas, en vez de comprender que éstas eran para ser compartidas. Aquí esta una de las trampas del afán por la riqueza: nos hacen sentirnos dueños de las cosas, siendo que sólo somos sus administradores. Quienes acaparan para sí y acumulan más de lo necesario, rompen el proyecto del Creador. Entonces los bienes ya no son un don de Dios, sino objetos que se transforman en ídolos.

Vemos en todo el evangelio que Jesús no desprecia los bienes materiales, sino que alerta frente al peligro que pueden acarrear. Por eso plantea el desapego frente a ellos. La riqueza puede ser un importante instrumento para compartir lo que tenemos, pero es un peligro cuando se convierte en el sentido de la vida que termina deshumanizándonos y haciéndonos competir unos con otros. La parábola de hoy nos pone en guardia no frente a los que tienen mucho, sino frente a los que acumulan para sí. 


  • Catedral 1063, local 503, Santiago

    Teléfonos: +56 2 3278 0733 - +56 2 3278 0734

    Desarrollado por Iglesia.cl