MARTES DE LA XXIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Verde
Antífona de entrada Sal 16, 6. 8
Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes: inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras. Protégeme como a la pupila de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, concédenos permanecer fieles a tu santa voluntad y servirte con un corazón sincero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Si por la falta de uno solo reinó la muerte, con mucha más razón vivirán y reinarán aquellos que han recibido la gracia
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 5, 12. 15b. 17- 21
Hermanos: Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.
Porque si la falta de uno solo provocó la muerte de todos, la gracia de Dios y el don conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados mucho más abundantemente sobre todos. En efecto, si por la falta de uno solo reinó la muerte, con mucha más razón, vivirán y reinarán por medio de un solo hombre, Jesucristo, aquéllos que han recibido abundantemente la gracia y el don de la justicia.
Por consiguiente, así como la falta de uno solo causó la condenación de todos, también el acto de justicia de uno solo producirá para todos los hombres la justificación que conduce a la Vida. Y de la misma manera que por la desobediencia de un solo hombre, todos se convirtieron en pecadores, también por la obediencia de uno solo, todos se convertirán en justos.
Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. Porque así como el pecado reinó produciendo la muerte, también la gracia reinará por medio de la justicia para la Vida eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL 39, 7-10. 17
R/. ¡Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad!
Tú no quisiste víctima ni oblación; pero me diste un oído atento; no pediste holocaustos ni sacrificios, entonces dije: “Aquí estoy”. R/.
“En el libro de la Ley está escrito lo que tengo que hacer: yo amo, Dios mío, tu voluntad, y tu Ley está en mi corazón”. R/.
Proclamé gozosamente tu justicia en la gran asamblea; no, no mantuve cerrados mis labios, Tú lo sabes, Señor. R/.
Que se alegren y se regocijen en ti todos los que te buscan y digan siempre los que desean tu victoria: “¡Qué grande es el Señor!” R/.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Lc 21, 36
Aleluya. Estén prevenidos y oren incesantemente. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre. Aleluya.
EVANGELIO
Felices los servidores a quienes el Señor encuentra velando a su llegada
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 12, 35-38
Jesús dijo a sus discípulos: Estén preparados, ceñidas las vestiduras y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.
¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos. ¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!
Palabra del Señor
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, estos dones, con un corazón libre y generoso, para que tu gracia nos purifique por estos misterios que ahora celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 32, 18-19
Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia.
O bien: Mc la, 45
El Hijo del hombre vino para dar su vida en rescate por una multitud.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Padre, que la participación en la eucaristía nos ayude para aprovechar los bienes temporales y alcanzar los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pastoral Litúrgica